zaragoza
En ocasiones lo que ocurre en la vida real progresa a mayor velocidad que las discusiones políticas en torno a ello, y eso es lo que está ocurriendo con el debate sobre la reducción del tiempo de trabajo: los nuevos convenios colectivos pactados entre los empresarios y los representantes de sus plantillas están acercando la jornada semanal a las 37 horas cuando las propuestas más concretas, como la de Sumar, giran en torno a la conveniencia o no de situarla en 37 y media.
Los convenios colectivos de empresa cerrados en la primera mitad de este año contemplan una jornada semanal media de 37 horas y 18 minutos, que es la proporción que arrojan las 1.703,4 horas anuales que recogen esos acuerdos sobre las 40 que conlleva la de 1.826,67.
El cálculo sale de dividir ese cómputo anual de horas, recogido tanto en la estadística del Ministerio de Trabajo como en el Boletín de la Negociación Colectiva, por las semanas de trabajo que quedan tras restar al calendario los 30 días de vacaciones, los 14 festivos y los descansos semanales.
¿Eso quiere decir que los 18 millones de asalariados trabajan una media de poco más de 37 horas semanales? Para nada. Esa es la jornada media que recogen los convenios de empresa firmados en lo que va de año, que afectan al poco más de medio millón de empleados (525.292) que trabajan en 2.097 compañías concretas.
La situación de los otros diecisiete millones y medio de asalariados resulta más variada, si bien 8,4 millones se encuentran protegidos por convenios sectoriales, cuya jornada anual de 1.757,3 horas, lo que supone una semanal de 38 horas y 23 minutos.
La jornada media es de 37 horas y 42 minutos
Para el resto, los únicos datos indicativos son los que vienen en la EPA (Encuesta de Población Activa) del INE (Instituto Nacional de Estadística), que indica que a la mayoría de ellos el empleo les ocupa bastante más tiempo del que indican esos ratios.
La última edición de la EPA, la referente a la primavera de este año, sitúa la jornada media en 37 horas y 42 minutos, aunque con una amplia casuística que incluye a 1,34 millones de ocupados que no llegan a las veinte, 2,26 que las superan sin alcanzar las 30 y casi once millones que rebasan el máximo legal de 40, ya sea por pluriempleo, por hacer horas extraordinarias o porque estas les sean impuestas, una práctica que los datos de la Inspección de Trabajo revelan como relativamente frecuente en España.
El debate y las cifras coinciden en el tiempo con el 40 aniversario de la implantación en España de la jornada de 40 horas semanales, ocho diarias de lunes a viernes sobre el papel aunque distribuibles en la práctica, que entró en vigor el 30 de julio de 1983 junto con el derecho de los trabajadores a los 30 días de vacaciones pagadas.
La anterior conquista, la de las ocho horas diarias aunque durante seis días a la semana, se remonta a octubre de 2019 y fue consecuencia de la huelga de La Canadiense, un conflicto laboral iniciado por una serie de despidos en la compañía eléctrica que derivó en una histórica movilización social en Barcelona.
Cuatro días con 32 o 36 horas, 37 y media en cinco o seguir con 40
Ahora el debate plantea rebajar la jornada legal a 37 y media y ampliar el recorte a 32 o a 36 en cuatro días, algo que en principio, y siempre sin modificar los salarios, debería tirar a la baja de la jornada real, mientras las organizaciones patronales abogan por no tocar nada y mantener la de 40.
¿Esa posición resulta incongruente con el hecho de que las jornadas más breves se concentren en los convenios de las empresas de mayor tamaño? Según se mire, ya que esos acuerdos no se aplican a las subcontratas que a menudo asumen el grueso de sus producciones, y que lo hacen con menores costes, en el caso de los salariales por ese motivo entre otros.
"La tendencia es a reducir la jornada, y eso se da con mayor intensidad en épocas de bonanza y en etapas de inflación", ya que se utiliza como elemento de compensación de la pérdida de poder adquisitivo en las negociaciones (recortar el tiempo frente a aumentar el salario), explica Raúl Olmos, adjunto a la Secretaría de Acción Sindical de CCOO.
El sindicalista califica de "trascendental" la discusión política que discurre en paralelo a las mesas de los convenios, ya que se trata, en la práctica, de la única vía para poder generalizar la reducción de la jornada entre el conjunto de los trabajadores.
La jornada media pactada en los convenios de empresa cerrados en la primera mitad de este año en Euskadi (1.603) ya se encuentran por debajo de las 35 horas semanales, mientras que los de ámbito autonómico de Castilla-La Mancha bajan de las 35 y media (1.619) y los de Huesca (1.651) y Catalunya (1.654) se sitúan por debajo de las 37 semanales.
Una incipiente recuperación del poder adquisitivo
La negociación colectiva está posibilitando también que los trabajadores comiencen a recuperar poder adquisitivo tras dos años de intensa pérdida por la combinación de una etapa inflacionista con otra de congelación salarial.
"Se ha desatascado bastante, aunque las estadísticas todavía no acaban de reflejarlo", señala Olmos, por los atascos que se están dando en la publicación de los convenios, que en el caso de los de ámbito estatal incluyen un mes y medio por el control de legalidad que realiza la autoridad laboral y en torno a tres semanas más para tener hueco en el BOE
No obstante, anota, "en julio comenzaron a verse ya con claridad los efectos del ANC (Acuerdo de Negociación Colectiva entre sindicatos y patronales) tanto en las revisiones salariales como en la inclusión de cláusulas de garantía".
Ese acuerdo ha permitido que los salarios empiecen a registrar aumentos del 3% que llevaban quince años sin darse y que sitúan la subida media acumulada hasta julio en el 3,34%, con un 3,03% en los convenios de empresa y un 3,36% en los de ámbito sectorial o geográfico, mientras la inflación se mantiene entre el 2% y el 3%.
Otra cosa es el alcance real de esos aumentos de sueldo, que, como en el caso de la jornada, se reduce a alrededor de la mitad de los asalariados, 8,939 millones de un total de 18. De ellos, 3,51 han tenido revisiones superiores al 3%, mientras que las de otros 1,96 no llegan al 2%.
La estadística de la negociación colectiva registra subidas medias por encima del 5% en los convenios firmados en Almería (5,14%), Salamanca (7,34%), Murcia (5,58) y Guipúzcoa (6,46%), en los de empresa de Ciudad Real (5,79%), Guipúzcoa (5,27%) y Galicia (5,7%) y en los sectoriales y geográficos de esa misma provincia vasca (6,66%), Murcia (5,76%), Salamanca (7,55%), Zaragoza (5,17%) y Almería (5,2%).
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