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El 25-S vuelve al Congreso para denunciar la "brutalidad policial"

Miles de manifestantes exigen la dimisión del Gobierno. Aunque la concentración se desarrolló de forma pacífica, terminó con cargas policiales al filo de la medianoche.

ELENA HERRERA

Era el tema de conversación en todos los corrillos. La contundencia con la que la policía reprimió el martes a los manifestantes después de que un grupo de alborotadores intentara reventar la convocatoria del 25-S copaba la mayor parte de las conversaciones de las personas que en la tarde-noche del miércoles volvieron a reunirse en las inmediaciones del Parlamento. Varios miles de manifestantes secundaron la llamada de la coordinadora 25-S que, en una improvisada rueda de prensa celebrada por la mañana, llamó a la ciudadanía a regresar a los alrededores de la Cámara baja para pedir la dimisión del Gobierno y expresar su rechazo a la 'brutalidad policial', una actuación, la de los agentes, que fue justificada por el ministro del Interior y la delegada del Gobierno en Madrid.

Aunque la gran parte de la concentración se desarrolló de forma pacífica, sí se produjeron algunos incidentes al filo de la medianoche. Hubo varias cargas policiales en las calles aledañas al Congreso y tres personas fueron detenidas. También hubo tres heidos leves, según ha informado la mañana del jueves el Samur a Público. Uno de ellos es un fotógrafo de El País al que le cayó una piedra en la muñeca sufrió una contusión.

Desde las 19.00 horas al menos veinte furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los llamados antidisturbios, 'protegían' el Congreso de los gritos y las consignas de los concentrados que, sentados en el suelo, permanecían en sus inmediaciones.

Hubo ciertos momentos de tensión y algo de confusión cuando, entre los grupos de manifestantes, comenzaban a correr rumores de que había agentes vestidos de paisano que pretendían generar crispación y reventar la convocatoria. Y es que, según la tesis que defienden muchos de los participantes del 25-S, en el grupo de alborotadores que provocó los disturbios del martes, había agentes infiltrados. Por ello, hicieron un llamamiento a todas las personas que acudieron a la convocatoria a que aporten pruebas gráficas y audiovisuales que puedan ratificar esta teoría. En declaraciones a Público, el secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) admitió que en las movilizaciones del martes hubo agentes infiltrados 'aunque el Gobierno lo niegue'

'¡Los encapuchados son la policía!', gritaban los concentrados Así, en la concentración de este miércoles fueron muy repetidos los gritos de '¡Los encapuchados son la policía!' o '¡Infiltrados!'. De hecho, algunos de los convocantes instaban a los escasos manifestantes que llevaban la cara tapada a descubrirse para evitar que personas no identificadas pudieran generar altercados.

Sin embargo, la contundencia con la que la policía había actuado el martes no tuvo el poder de convocatoria que ha tenido en otras ocasiones. Y estuvo muy lejos, por ejemplo, de la convocatoria espontánea y masiva que tuvo lugar en Madrid el 17 de mayo de 2011 después de que la policía desalojara a la fuerza la primera acampada pacífica de la Puerta del Sol.

Sí acudió a manifestarse Francisco Javier López, trabajador del metro de Madrid. Llorando, de rodillas, se plantó delante de los policías que estaban apostados en las inmediaciones de la Cámara. Portaba una fotografía de su padre hecha momentos después de que el martes resultara herido por los golpes que le propinó un agente en una de las cargas policiales. 'Tiraron al suelo a mi padre. Tiene una nariz rota y una brecha en la frente. Por supuesto que vamos a denunciar', aseguró López. 

Un manifestante portaba una foto de su padre, herido el martes por la policía

Con una pancarta en la que podía leerse '¡Dimisión!', también acudió a la convocatoria del 25-S, Charo García, auxiliar de enfermería. 'La actuación de la policía fue abusiva. Cada vez se respetan menos nuestros derechos, nos están pisoteando', señaló a Público. 'Es importante que sigamos saliendo a la calle. Necesitamos un cambio, una democracia más participativa y una clase política que piense en los intereses de la ciudadanía', opinaba, por su parte, Beatriz Domínguez. Esta maestra de educación infantil portaba una pancarta con un mensaje muy claro a los policías, por lo que pudiera pasar: 'Soy pacifista. No a la violencia. Policía, soy el hijo de tu compañero, ¿me vas a pegar?'

La coordinadora 25-M llama a 'rodear' de nuevo el Congreso el próximo sábado con concentraciones en la Puerta del Sol y la plaza de Cánovas del Castillo. Los convocantes han insistido en que su voluntad es que estas convocatorias se desarrollen de forma pacífica. 

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