Este artículo se publicó hace 14 años.
Zapatero: "Si tiene coraje, haga una moción de censura"
"No sabe ni hacer los números; pide reducir 5.000 millones donde hay 3.500", dice de Rajoy
El reloj digital de la tribuna de oradores se quedó detenido a las 12.00 horas mientras que el minutero del mecánico que cuelga en el frontispicio de la tribuna del público seguía avanzando inexorablemente. A esa hora se incendió el primer debate económico del año en el Pleno del Congreso, aunque el fuego se había prendido algo antes y la leña que lo alimentó se venía almacenando desde tiempo atrás.
Fue el momento en el que el presidente del Gobierno retó al líder de la oposición a presentar una moción de censura "si tiene coraje", tras constatar que Mariano Rajoy daba la espalda a su mano tendida para buscar un "mínimo denominador común" en la lucha contra la crisis. El presidente del PP no dejó ningún resquicio, porque las "tres alternativas" que planteó resultaban igualmente inaceptables para José Luis Rodríguez Zapatero: asumir las recetas económicas del PP, convocar elecciones anticipadas o que la bancada socialista lo sustituya por otro de sus miembros.
El contraste de dos tonosLa agresividad de Rajoy contrastó con el tono conciliador utilizado por Zapatero, que el presidente sólo abandonó para responder a la "poco correcta" invitación a la rebelión de los diputados socialistas. Azuzado por este golpe bajo y otras frases gruesas "niega la realidad con el afán de engañar", el presidente disparó en la réplica con toda la artillería: "Usted no sabe ni hacer los números. Pide una reducción de 5.000 millones en el gasto corriente de la Administración General del Estado que es de sólo 3.500".
Pero, aunque no eludió el cuerpo a cuerpo, cultivó hasta el último minuto su cara más dialogante y hasta humilde. "El Gobierno es el responsable de la situación, con acuerdos o sin acuerdos. Si hay acuerdos, mi posición será de reconocimiento, no de compartir esa responsabilidad", dijo en su último emplazamiento a Rajoy.
El dedo lo había puesto en la llaga el portavoz de CiU, Duran i Lleida: "Hay determinados momentos en que sólo aquellos países capaces de cohesionarse y dar respuestas conjuntas pueden dar un salto adelante en su bienestar colectivo". Pero, escuchando a Rajoy y a Zapatero, como reconoció el primero, parecía que no hablaban "del mismo país".
El factor catalánA falta de un horizonte de consenso con el PP, sobresalió el acercamiento entre PSOE y CiU, que tiene como telón de fondo las próximas elecciones en Catalunya, una cita que podría de rebote propiciar una recomposición de las alianzas en el Congreso. Por lo pronto, ayer se vio a un portavoz de CiU en la mejor disposición para el acuerdo, después de haber protagonizado algunas de las intervenciones más duras de la legislatura contra el Gobierno, y a un portavoz de ERC, Joan Ridao, tocado en su influencia por el estado de deconstrucción del Tripartito catalán.
La alarma la dio Gaspar Llamazares (IU): "Además de una crisis económica, tenemos una grave crisis política", primero por dejar la economía al albur de los mercados y ahora por dar una imagen de "impotencia". La duda, como apostilló, es "quién pagará políticamente el desacuerdo".
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