Un tribunal de Bangladesh dictó una condena de muerte a un hombre rohinyá en un caso de narcóticos, la primera pena capital a un refugiado de esta minoría birmana en el país, dijo este domingo un fiscal.

La sentencia contra el refugiado Md Arif es la primera condena a muerte contra un rohinyá por un crimen perpetrado en Bangladesh, dijo este domingo a Efe el fiscal Faridul Alam. La condena a Arif, un refugiado de un campamento en el sector Ukhiya de Cox's Bazar, en el sur de Bangladesh, fue pronunciada el pasado jueves.

El condenado se encuentra evadido de la justicia bangladesí. El veredicto dictado por el juez del tribunal de distrito Abdullah Al Mamun es también la primera sentencia de muerte bajo la Ley de Control de Narcóticos de Bangladesh de 2018, según Alam.

De acuerdo con el fiscal, Arif fue arrestado con 7.990 pastillas de yaba o metanfetamina en septiembre de 2019 y estuvo en la cárcel hasta febrero de este año, cuando se le concedió la libertad bajo fianza. "Nunca apareció después de salir de la cárcel bajo fianza", dijo Alam.

Bangladesh aprobó en diciembre de 2018 la nueva ley de narcóticos, reconociendo por primera vez como droga a la yaba, una pastilla introducida de contrabando en el país principalmente desde Birmania (Myanmar).

La ley fue aprobada como parte de una campaña antinarcóticos que dejó cientos de muertos, incluidos rohinyás, abatidos en presuntos tiroteos con miembros de las fuerzas del orden.

Algunos rohinyás están acusados ​​de estar involucrados en una lista de delitos en Bangladesh, incluido el asesinato y el contrabando de drogas desde que centenares de miles llegaron al país en 2017.

Bangladesh cuenta, según ACNUR, con más de 920.000 refugiados rohinyás, unos 738.000 de los cuales huyeron al país desde agosto de 2017 por la ola de violencia desatada contra ellos en Birmania, que la ONU calificó de ejemplo de limpieza étnica y un posible genocidio, crímenes de lesa humanidad que investigan los tribunales internacionales.

Ante la falta de dinero, ocupación, y sin acceso a la educación en los campamentos de refugiados de Bangladesh, algunos rohinyás, de religión musulmana y etnia bengalí, que huyeron de la violencia en Birmania encuentran en el delito y el tráfico de estupefacientes un medio de subsistencia.