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Crisis en las aerolíneas El empresario Richard Branson ofrece su isla privada como aval para que el Gobierno rescate sus aerolíneas

El Gobierno autraliano ha desestimado la petición del grupo Virgin Australia para el rescate de las compañías aéreas al no poder solventar la elevada deuda que ha dejado la pandemia del coronavirus en este sector.  

Un avión de Virgin Australia en el Aeropuerto Internacional Tullamarine de Melbourne, Australia. REUTERS / David Gray
Un avión de Virgin Australia en el Aeropuerto Internacional Tullamarine de Melbourne, Australia. REUTERS / David Gray

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La aerolínea Virgin Australia se ha convertido en la primera gran víctima corporativa de la pandemia de coronavirus en Australia. La segunda aerolínea más grande del país recortó casi todos los vuelos el mes pasado tras prohibirse los viajes. La compañía, que cuenta con 91 aviones y unos 10.000 trabajadores, se ha visto ahogada por una elevada deuda y el parón de actividad a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus. Richard Branson, copropietario de Virgin Australia, ha ofrecido una isla caribeña como garantía para obtener un rescate del gobierno.

Canberra rechazó la solicitud de la compañía para un préstamo de 1,4 mil millones de dólares, pero en el último mes ha donado alrededor de 900 millones de dólares en apoyo a otras aerolíneas locales.

La aerolinea se declaró este martes voluntariamente en concurso de acreedores tras no lograr alcanzar un acuerdo de rescate con el gobierno. En un comunicado remitido al mercado de valores australiano, la compañía afirmó que la medida ayudaría a "recapitalizar el negocio" y garantizar que emergiera "en una posición financiera más sólida tras la crisis de covid-19". El presidente ejecutivo de Virgin Australia, Paul Scurrah, declaró: "Australia necesita una segunda aerolínea y estamos decididos a seguir volando".

En una carta abierta a los empleados de Virgin Group, Branson pidió a sus trabajadores que no se rindan y criticó la decisión del gobierno australiano. "En la mayoría de los países, el gobierno ha salido a ayudar a las aerolíneas en esta crisis sin precedentes para el sector. Tristemente esto no ha sucedido en Australia". Y agregó que sus dos aerolíneas, Virgin Atlantic y Virgin Australia VAH, necesitan ayuda para seguir operando a raíz de los apagones relacionados con el coronavirus en todo el mundo. "Durante las cinco décadas que he estado en el negocio, este es el momento más desafiante al nos hemos enfrentado", declaró. 

"Haremos todo lo posible para mantener la aerolínea en marcha, pero necesitaremos el apoyo del gobierno para lograrlo frente a la severa incertidumbre que rodea a los viajes de hoy", dijo Branson, refiriéndose al préstamo comercial, y señala que sus aerolíneas no son las únicas que necesitan ayuda: "La realidad de esta crisis sin precedentes es que muchas aerolíneas de todo el mundo necesitan apoyo gubernamental y muchas ya lo han recibido." 

Branson ha asegurado que a pesar de su  gran patrimonio no cuenta con el efectivo necesario para el rescate por lo que ha ofrecido su isla Necker Island

Branson, quien tiene un patrimonio neto estimado de 5,86 mil millones de dólares, según Bloomberg News, aseguró que no tiene el efectivo necesario para rescatar a sus propias aerolíneas, ya que su riqueza "se calcula sobre el valor de los negocios de Virgin en todo el mundo".  Por lo que Branson declaró que ofrecerá su posesión más preciada, Necker Island en las Islas Vírgenes Británicas, como garantía de préstamo: "Al igual que con otros activos de Virgin, nuestro equipo recaudará la mayor cantidad de dinero posible para salvar tantos empleos como sea posible en todo el grupo".

Futura competencia entre aerolíneas

Branson advirtió que sin sus aerolíneas, British Airways y Qantas QAN perjudiacará a los consumidores. Los grupos de consumidores y los políticos locales han expresado su preocupación de que, a menos que la aerolínea resucite, la aerolínea de bandera nacional Qantas mantendrá un casi monopolio en Australia.

Los viajes aéreos son cruciales en el continente donde las distancias entre las capitales costeras hacen que los vuelos sean la única forma práctica de viajar rápidamente a nivel nacional.

La pérdida a largo plazo de la aerolínea también se verá como un gran golpe para la industria turística de Australia: un gran impulsor del PIB. Antes del cierre, Virgin Australia había reaizado alrededor de 130 vuelos a 41 destinos, principalmente rutas nacionales, pero también servicios internacionales, incluidos Nueva Zelanda, Bali, Fiji, Tokio y Los Ángeles.

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