WASHINGTON DC
Actualizado:"Gracias a vosotros, mañana será un nuevo día en América", celebraba al borde de la medianoche la demócrata Nancy Pelosi desde el cuartel general demócrata en un hotel de Washington DC. A apenas unas calles de distancia, Donald Trump se congratulaba en la Casa Blanca, vía Twitter, por el "tremendo éxito de esta noche". Ambos tienen motivos para celebrar, también por los que preocuparse. El presidente porque, en los dos años que le restan de presidencia, tendrá a la Cámara de Representantes en contra. Los demócratas, porque a pesar del mayoritario malestar social con Trump, solo han encharcado el sólido suelo trumpista de Estados Unidos con una ola que apenas ha resultado marejada.
A pesar de su mala fama, las encuestas acertaron al apuntar el nuevo paisaje que enfrenta el país. Los demócratas han conseguido el ansiado retorno al dominio de la Cámara de Representantes, pero el Senado refuerza su mayoría republicana y castiga a senadoras demócratas como Heidi Heitkamp (Dakota del Norte) y Claire McCaskill (Missouri) con la pérdida de su asiento. Ambas votaron en octubre contra la nominación del juez Brett Kavanaugh como juez del Tribunal Supremo después del capítulo de denuncias de abuso sexual contra Kavanaugh. Por contra, Joe Manchin, el único demócrata que votó en su favor, renueva puesto de senador por un estado, Virginia Occidental, en el que Donald Trump arrasó en 2016. Este episodio revitalizó al Partido Republicano, que reaccionó con enorme agresividad a las protestas feministas en un momento en que se atisbaba ola azul en noviembre.
Estados Unidos confirma su división en bloques irreconciliables y con dos cámaras repartidas. Es el mismo escenario que salió de las primeras midterms que afrontó en 2010 Barack Obama, pero con un país mucho menos encolerizado de lo que lo está ahora con Donald Trump al frente. Aunque Pelosi dijo en su alocución que "estamos hartos de tanta división", y el presidente la llamó aparentemente para felicitarla por el triunfo demócrata en la Cámara Baja, es muy probable que la cordialidad quede como una mera cortesía de noche electoral (y eso que el presidente no es muy dado a cumplir con los protocolos). Trump necesitará a los demócratas si quiere sacar adelante alguna de las muchas promesas incumplidas, pero difícilmente el Partido Demócrata estará en disposición de hacer mucho más que frenar los peores impulsos del presidente en materia de salud o inmigración. Y más, a dos años de presidenciales.
La noche deja algunas buenas noticias para la representación política de la diversidad del país, justo en el momento en que más se desprecia desde la Casa Blanca. El Capitolio conocerá a sus dos primeras musulmanas: Rashida Tlaib, de origen palestino, que representará al distrito 13 de Michigan, y la somalí Ilhan Omar, que ocupará la silla del distrito 5 de Minnesota. Omar, que llegó a Estados Unidos como refugiada, celebró con un dardo dirigido a Trump ─que ha hecho de la criminalización de la caravana de refugiados que se encuentra en México uno de los epicentros más tóxicos de su campaña─ que "no solo damos la bienvenida a refugiados sino que los enviamos a Washington". También pioneras son Sharice Davids y Debra Haaland, que serán las primeras nativas americanas en ser congresistas por Kansas y Nueva México, respectivamente.
Cerca del éxito se quedan dos candidatos afroamericanos a gobernador que hubieran hecho historia: en Florida, el demócrata Andrew Gillum, rozó hasta el último suspiro la posibilidad de ser el primer gobernador negro del estado, que queda en manos del muy trumpista Ron DeSantis; en Georgia, la candidata Stacey Abrams, se negó a conceder la victoria a su contrincante republicano, Brian Kemp, que con el 99% del voto escrutado la aventabaja en 3 puntos, después de una campaña marcada por el juego sucio del hasta ahora Secretario de Estado de esta región, que ha puesto numerosas trabas al voto durante estas elecciones. Abrams está dispuesta a plantear batalla.
Lejos de la igualdad, las mujeres superan el récord de presencia femenina en la Cámara de Representantes, que estaba en 84 plazas. Entre ellas, la más joven de las congresistas que haya visto jamás el Capitolio, la neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez, que tiene 29 años y forma parte del ala más izquierdista del Partido Demócrata. Una de las grandes esperanzas progresistas para demoler el muro reaccionario de Donald Trump que esta madrugada ha sufrido sus primeros daños.
¿Te ha resultado interesante esta noticia?
Comentarios
<% if(canWriteComments) { %> <% } %>Comentarios:
<% if(_.allKeys(comments).length > 0) { %> <% _.each(comments, function(comment) { %>-
<% if(comment.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= comment.user.firstLetter %>
<% } %>
<%= comment.user.username %>
<%= comment.published %>
<%= comment.dateTime %>
<%= comment.text %>
Responder
<% if(_.allKeys(comment.children.models).length > 0) { %>
<% }); %>
<% } else { %>
- No hay comentarios para esta noticia.
<% } %>
Mostrar más comentarios<% _.each(comment.children.models, function(children) { %> <% children = children.toJSON() %>-
<% if(children.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= children.user.firstLetter %>
<% } %>
<% if(children.parent.id != comment.id) { %>
en respuesta a <%= children.parent.username %>
<% } %>
<%= children.user.username %>
<%= children.published %>
<%= children.dateTime %>
<%= children.text %>
Responder
<% }); %>
<% } %> <% if(canWriteComments) { %> <% } %>