El director del FBI, James Comey, aseguró hoy no tener información que apoye las acusaciones del presidente de EEUU, Donald Trump, contra su predecesor, Barack Obama, sobre un presunto pinchazo telefónico ordenado por el exmandatario en la Torre Trump de Nueva York.

"Ningún individuo en Estados Unidos puede ordenar la vigilancia electrónica de nadie, tiene que pasar por un proceso de solicitud", explicó el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), quien agregó que el Departamento de Justicia tampoco tiene constancia de ninguna prueba que pueda respaldar las acusaciones de Trump.

Pese a que Obama ha negado rotundamente las acusaciones a través de un portavoz, Trump se ha mantenido firme y el pasado viernes, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca junto a la canciller de Alemania, Angela Merkel, dijo que ambos tenían "algo en común": haber sido espiados por orden del expresidente.

El comentario de Trump fue una referencia a la revelación en 2013 de que un teléfono móvil de Merkel fue intervenido por la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU entre 2002 y 2012.

Por su parte el director de la NSA , Michael Rogers, ha negado también, que el Gobierno del presidente Barack Obama solicitara a la inteligencia británica realizar cualquier tipo escucha sobre el actual presidente, Donald Trump, durante la campaña electoral de 2016.

"Nunca he visto que desde la NSA nos hayamos involucrado en una actividad así", dijo Rogers al ser preguntado hoy al respecto en la primera audiencia pública realizada en el Congreso sobre la posible injerencia rusa en las elecciones presidenciales de noviembre pasado en EEUU.

Las declaraciones de James Comey (FBI) y Michael Rogers (NSA) se inscriben dentro de la primera audiencia del Congreso sobre el papel de Rusia en la campaña presidencial de 2016 y sobre las acusaciones de Trump contra Obama sobre presuntas escuchas telefónicas en su torre neoyorquina.