Público
Público

Netanyahu ignora la presión internacional y se presenta como paladín de Occidente ante lo que llama "barbarie" islamista

El primer ministro israelí compara el asalto a Rafah con el desembarco de Normandía y persiste en masacrar Gaza pese al imparable descrédito internacional de Israel.

Benjamin Netanyahu
Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, en una reciente imagen de archivo. Ilia Yefimovich / DPA | EUROPA PRESS

El Ejército de Israel ha tomado ya el corazón de Rafah, la última ciudad que quedaba en pie en Gaza, y su primer ministro, Benjamin Netanyahu, compara este ataque con el desembarco de Normandía. Al tiempo, la ofensiva israelí sigue en el resto de la Franja, dejando un rastro de devastación, como ha ocurrido en el campo de refugiados de Yabalia, reducido a un montón de ruinas y decenas de cadáveres entre los escombros.

Ya lo ha convertido en su tono habitual. El primer ministro israelí desprecia todas las críticas dentro y fuera de su país en torno a una guerra que solo ha traído muerte y destrucción a Gaza, y el oprobio para Israel, además de acusaciones de genocidio, crímenes de guerra y peticiones internacionales de búsqueda y captura para Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, ejecutor de la masacre de los gazatíes.

Ahora, sin embargo, y con un tono de caudillismo que aleja a Israel de los estándares de única democracia en Oriente Medio que insisten en destacar sus socios europeos, Netanyahu se presenta como abanderado de Occidente en una tierra de bárbaros y apuesta por llevar la guerra contra Hamás hasta sus últimas consecuencias, rechazando de nuevo la petición de un alto el fuego por las milicias islamistas y dejando en el aire la suerte del centenar de rehenes que pueden estar aún vivos en manos de éstas. Sin embargo, este mismo viernes, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado que Israel propone un alto el fuego en Gaza a cambio de la liberación de los rehenes. 

Esta actitud, en la que la guerra parece no tener otro propósito que mantener a Netanyahu en el poder, llevó este jueves al partido opositor Unidad Nacional, liderado por el ministro del Gabinete de Guerra, Benny Gantz, a presentar un proyecto de ley para disolver el Parlamento israelí y convocar elecciones anticipadas.

Gantz reclama un plan para "el día después" del fin de la guerra y para discernir cuál será el destino de Gaza una vez se retire el Ejército israelí. Los tanques y soldados israelíes entraron a saco en la Franja en noviembre pasado, tras varias jornadas de bombardeos, después de que el 7 de octubre un masivo ataque terrorista de Hamás en territorio de Israel dejara 1.200 muertos y secuestrara a cerca de 240 personas, la mitad de las cuales, vivas o muertas, siguen en manos de la milicia palestina.

El ministro Gantz era uno de los líderes de la oposición al gobernante Likud y se unió al Gobierno de emergencia de Netanyahu tras los ataques de Hamás. Es uno de los tres miembros de ese Gabinete con voto. Propuesta para celebrar elecciones anticipadas en Israel.

Netanyahu encabeza las encuestas

Sin embargo, Netanyahu sigue manteniendo un alto nivel de apoyo popular. Esta semana, antes de que Gantz presentara su propuesta, la cadena de noticias israelí Canal 12 publicó una encuesta en la que el primer ministro aparecía como favorito para seguir al frente de Israel y de la dirección de la guerra en caso de convocarse elecciones generales.

Gantz tampoco cuenta con mayoría suficiente en el Gobierno como para sacar adelante su propuesta. Tampoco Netanyahu lo permitiría, aupado en su propia soberbia de la guerra y de confrontación con todo el mundo, desde Estados Unidos, el único aliado cien por cien leal que le queda a Israel, hasta los países de la Unión Europea, que si bien cerraron filas con Tel Aviv tras el ataque terrorista de Hamás, ahora andan muy divididos en su relación con el estado judío.

El reconocimiento del Estado palestino esta semana por parte de España, Noruega, e Irlanda, con Eslovenia a punto de hacerlo y a la espera de que otros miembros de la UE se les unan, ha desatado la ira de Netanyahu y sus acólitos extremistas en el Gobierno israelí, con presiones sobre las instituciones diplomáticas europeas, incluso amenazando con el cierre de consulados, como el español.

Este jueves, Irlanda reclamó a la UE que considere reexaminar sus relaciones con Israel, dado que este país está ignorando las órdenes de la Corte de Justicia Internacional (CIJ) para detener su ofensiva en Rafah.

Netanyahu, paladín de la civilización judeocristiana

Pero Netanyahu tiene como estrategia el ataque sin límite de razonamiento alguno y recurre a un narcisismo mesiánico para justificar sus bandazos en la política exterior y las matanzas de su Ejército en Gaza condenadas internacionalmente.

Así lo demostró en la entrevista que este jueves le hizo el canal francés LC1, donde se ungió como líder de Occidente en Oriente Medio embarcado en una cruzada contra la barbarie islamista, mientras hacía uso de un calculado victimismo para eludir las preguntas sobre el genocidio que Israel está cometiendo en Gaza.

"Lo voy a decir. Nuestra victoria es vuestra victoria. Nuestra victoria es la victoria de Israel contra el antisemitismo. Es la victoria de la civilización judeocristiana contra la barbarie. Es la victoria de Francia", aseveró Netanyahu en la entrevista.

La demagogia del líder israelí es capaz de desafiar a su amigo, el presidente estadounidense, Joe Biden, desestimando sus consejos para detener la ofensiva en Rafah; a Naciones Unidas, atacando a sus equipos humanitarios en Gaza, o a la CIJ, que le ordenó parar el genocidio palestino.

La ofensiva en Rafah, el nuevo Desembarco de Normandía

En la citada entrevista, contra cuya emisión se manifestaron cientos de personas en las inmediaciones del canal televisivo, esa misma demagogia llevó a Netanyahu a decir que "la ofensiva de Rafah es el equivalente del Desembarco de Normandía, del ataque contra Alemania".

Y lo soltó en vísperas de que la semana próxima se conmemore el ochenta aniversario de esa acción bélica que sentenció a la Alemania nazi. En un determinado momento se llegó incluso a comparar en liderazgo con Winston Churchill.

Este mes de mayo, las fuerzas armadas israelíes obligaron a dejar Rafah a cerca de un millón de personas y comenzaron a atacar la ciudad desde el este hacia el oeste.

El Ejército de Israel confirmó por vez primera este viernes que se encuentra en el centro de esa ciudad del sur de la Franja donde se habían refugiado cerca de un millón y medio de palestinos, gran parte de ellos huyendo del resto de la Franja devastada por la ofensiva israelí que dura ya más de siete meses.

Incluso Estados Unidos se había opuesto a un asalto armado de Rafah, pues podría provocar una avalancha de refugiados hacia la cercana frontera con Egipto. Pero lo que hizo Israel fue mover a las oleadas de desplazados hacia el norte, hacia campamentos cercanos a la ciudad en ruinas de Jan Yunis y hacia otros campos de refugiados improvisados y sin apenas medios cerca de la costa.

En Gaza ya han muerto unos 36.300 palestinos y hay más de 82.000 heridos

No se sabe cuántas víctimas civiles está causando la ofensiva de Rafah, pero los datos oficiales de las autoridades sanitarias gazatíes, corroborados por la ONU, apuntan a la muerte de unos 36.300 palestinos muertos y más de 82.000 heridos, desde que estalló la guerra. La mayor parte de las víctimas mortales son mujeres y niños, y además hay otros 10.000 desaparecidos que están enterrados bajo las ruinas de las localidades destruidas por los bombardeos y el avance israelí.

Aunque en su entrevista Netanyahu reconoció que había una proporción de víctimas civiles "muy elevada" en la acción del Ejército israelí (según los datos del primer ministro la mitad de los muertos son milicianos de Hamás), subrayó que la responsabilidad es de esta organización islamista, que, según Netanyahu, tiene la "estrategia de utilizar a los civiles como escudos humanos”.

Netanyahu niega las matanzas de palestinos

Insistió en que la "política" de Israel en esta guerra "es la de minimizar las víctimas civiles". Obviaba así los bombardeos del Ejército israelí sobre las ciudades gazatíes, pulverizando barrios enteros con sus habitantes dentro, los ataques a los recintos de la ONU que albergaban a refugiados, el ametrallamiento de columnas de civiles, los asaltos de hospitales con ejecuciones sumarísimas, torturas y fosas comunes para los asesinados, o la destrucción de campamentos enteros de desplazados.

Este viernes, las fuerzas israelíes se retiraron del campamento de Yabalia, en el norte de la Franja, donde los soldados acabaron con cualquier signo de vida a lo largo de las tres semanas que duró su última operación sobre este supuesto lugar seguro para los refugiados.

En la entrevista, Netanyahu dijo que "las acusaciones locas" lanzadas contra él y su ministro de Defensa por el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI) pidiendo su detención tienen como objetivo "atizar las llamas del antisemitismo".

Netanyahu recurre al Holocausto o a as expulsiones de judíos en la Edad Media para justificar el derecho de Israel a defenderse

Al contrario que en el seno de su Gobierno, donde prefiere no hablar del final de la guerra pues parte de sus ministros abogan por ocupar Gaza de forma permanente e incluso echar a los palestinos y llenar la Franja de colonos israelíes, como está ocurriendo en Cisjordania, el otro territorio palestino, Netanyahu dijo que quisiera ver allí "una fuerza internacional" de países árabes y otros miembros de la comunidad internacional para impedir que Hamás vuelva a controlar Gaza. No obstante, reconoció que eso difícilmente ocurrirá.

Netanyahu recurrió a referencias históricas del Holocausto, durante la Segunda Guerra Mundial, o las persecuciones de judíos en la Edad Media europea para justificar con esas acciones antisemitas el derecho de Israel a defenderse.

Israel salvará a Europa de Irán, dice Netanyahu

Y tuvo una especial referencia a Irán, país con el que Israel tuvo una escalada de tensión el pasado mes de abril que puso a los dos estados al borde de la guerra abierta. "Haremos todo lo que esté en nuestro poder para evitar que Irán tenga armas nucleares", pues con tal armamento "podría amenazar París o Berlín", explicó.

"Nosotros somos el único obstáculo entre ellos y ustedes", sentenció el líder judío, retomando ese papel de Israel como último bastión de Occidente en la que fuera antaño Tierra Santa.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional