Unidas Podemos, como proyecto político, tiene fecha de caducidad. Esta confluencia entre Podemos, IU (incluido el PCE), Alianza Verde, los comunes catalanes y Galicia En Común tiende a desaparecer, mientras que un nuevo proceso, el Sumar impulsado por Yolanda Díaz, entra en escena. Las aspiraciones de la gallega pasan por ampliar el espectro, pero la reconfiguración del tablero de las izquierdas conlleva evidentes tensiones.

En este contexto, se puede leer la decisión de la ministra Ione Belarra (también secretaria general de Podemos) de sustituir este viernes en la Secretaría de Estado de Agenda 2030 a Enrique Santiago (secretario general del PCE) por Lilith Vestrynge (además, secretaria de organización de Podemos). Las desconfianzas entre ambos dirigentes venían de mucho antes, se multiplicaron justo antes de las elecciones andaluzas, con la polémica configuración de la candidatura Por Andalucía, y las heridas no han acabado de cicatrizar.

Podemos quiere conservar el rol de principal partido de la confluencia que adquirió el pasado ciclo político, así como el resto de actores desean posicionarse lo mejor posible de cara al nuevo tiempo que viene. En la decisión de la ministra y líder morada, además de discrepancias, rivalidades y desencuentros con IU y el PCE, también influye la táctica de partido en este sentido. Podemos quiere blindarse en el Gobierno para tomar posiciones de cara a una negociación de tú a tú con Sumar y demás actores del espacio. La formación morada desea tener más influencia en las políticas del Gobierno de coalición y que sus dirigentes adquieran un perfil gubernamental y mayor presencia mediática.

A la vuelta del verano, las formaciones de izquierdas tendrán que abrir el melón de la negociación de los acuerdos electorales para las autonómicas y municipales y en 2023, si no se precipita la legislatura antes, la de las elecciones generales. Díaz, en la presentación de Sumar del pasado 8 de julio en Madrid, ya fijó el horizonte de su proyecto de cara a las generales y el año que viene, pero difícilmente podrá evitar mancharse de las tensiones por las listas electorales de los comicios para los ayuntamientos y comunidades autónomas programados para la próxima primavera.

El pasado lunes, en el curso de verano de El Escorial organizado por Podemos, Vestrynge coincidía con la vicepresidenta Díaz en la conferencia 'La sociedad de la desconfianza: crisis de la democracia y reimpulso de un proyecto ciudadano'. La secretaria de Organización y recién nombrada secretaria de Estado señalaba, por primera vez, la táctica de Podemos con respecto a la relación con Sumar, la plataforma que impulsa Díaz. "Nuestro aliado electoral debe ser Sumar y nuestra candidata es y será Yolanda siempre", aseguró.

Que Podemos trate a Sumar de "aliado electoral" señala que no está en sus intenciones integrarse en dicha plataforma, con quien sí que aspira a conformar una coalición electoral, tal y como reconocía Vestrynge. La formación morada aspira a hablar de tú a tú a Sumar. Ir con Sumar no es ser Sumar, reconocen desde el partido, mostrando sus intenciones de seguir siendo un sujeto político propio.

Algo así ya ocurrió en el año 2015, en la conformación de la candidatura Ahora Madrid que llevó a Manuela Carmena a la alcaldía de la capital. Mientras que se producía un proceso en el que participaban partidos políticos (IU, Equo…), organizaciones sociales y personas independientes llamado Ganemos Madrid, el cual organizó numerosas asambleas en distintos puntos de la ciudad, Podemos no participaba en ellas y esperó para negociar una coalición hasta el último momento. Así, Ahora Madrid se configuró como el acuerdo entre Ganemos y Podemos.

La formación morada se mantiene, de momento, al margen del proceso Sumar. Sus dirigentes no asistieron a la presentación del proyecto en Madrid, cierto es que la propia Díaz reclamó a los primeros espadas de los partidos que no fueran al acto. De momento, la dirección de Podemos describe la relación con el espacio impulsado por Yolanda Díaz como una "alianza electoral", una coalición.