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Aznar capitalizó electoralmente el asesinato de Miguel Ángel Blanco "hasta límites insospechados"

Pocos días después de la muerte del concejal del PP, la dirección del PSOE analizó la situación creada tras este crimen de ETA y advirtió sobre el uso electoralista del caso por parte de Aznar. 'Público' ha accedido a las actas del cónclave socialista.

José María Aznar
El expresidente José María Aznar, en una imagen de archivo. Eduardo Parra / Europa Press

Un ambiente tenso, irrespirable. Un escenario de confrontación que parecía alcanzar niveles desconocidos. Un país que derramaba dolor y un Gobierno dispuesto a capitalizarlo. Tras las movilizaciones que desbordaron las calles por el asesinato de Miguel Ángel Blanco, la dirección del PSOE llegó a una conclusión dramática: el Ejecutivo de José María Aznar buscaba sacar rédito del sufrimiento.

Las actas de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE que se celebró el 21 de julio de 1997, y a las que ha tenido acceso Público, forman parte del inmenso archivo entregado por el exministro socialista José Bono a la Fundación Pablo Iglesias.

El documento de la reunión mantenida aquella mañana de julio por la dirección del PSOE contiene una mezcla de horror, incertidumbre e indignación ante el escenario de tensión que se había instalado tras el asesinato del concejal del PP en Ermua, cometido ocho días antes por ETA.

En esas páginas se constata un elemento que durante las últimas semanas ha estado nuevamente sobre la mesa: la utilización del dolor por parte del PP con fines partidistas, algo que recientemente ha indignado a decenas de víctimas del terrorismo.

La primera reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco comenzó a las 11.00 de la mañana y se extendió hasta las 15.00. El entonces secretario general de la formación socialista, Joaquín Almunia, fue el encargado de romper el hielo.

El dirigente del PSOE reivindicó el papel que había asumido el partido durante los días posteriores al asesinato del edil del PP y destacó que la respuesta en Euskadi había quedado en manos de la Mesa de Ajuria Enea, el pacto que mantenían la mayoría de formaciones políticas en Euskadi. 

Almunia habló también sobre el "aislamiento político de Herri Batasuna" tras aquel asesinato. En esa línea, advirtió de que "una cuestión más difícil es controlar el aislamiento de tipo social" e incluso expresó su preocupación "en cuanto a cuáles pueden ser las últimas consecuencias de este tipo de medidas", así como sobre la posibilidad de que "degenere en un enfrentamiento ciudadano".

"Sin ningún recato"

Durante la reunión tomó la palabra José Luís Rodríguez Zapatero, entonces secretario general del partido en León y vocal en la Comisión Ejecutiva del PSOE. "Le preocupa la utilización política que se está haciendo del tema, el efecto en la opinión pública y su utilización sin ningún recato por el PP", recoge el acta. Asimismo, sostuvo que el "escenario mediático" había resultado "fundamental" en este caso, a diferencia de "otro hechos anteriores similares".

En una nueva reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE celebrada el 2 de septiembre de 1997, Zapatero preguntó a sus compañeros si estaban al corriente de la "iniciativa de RTVE sobre el homenaje a M.A. Blanco y de la creación de una fundación con su nombre". De acuerdo al acta de dicho encuentro, intervino también para "constatar la descarada utilización política que se está haciendo de este tema".

"Explotación mediática"

En el encuentro del 21 de julio de 1997 se habían registrado otras voces que también cuestionaban el uso partidista que realizaba el Gobierno de Aznar tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. En esa línea, el entonces secretario general de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui, advirtió sobre una "explotación mediática y política del PP y del Gobierno hasta extremos insospechados".

Jáuregui –quien además se desempeñaba como consejero de Justicia del Gobierno vasco debido a la coalición alcanzada entre PNV y PSE– señaló que ese escenario de tensión "podría favorecer en la intención del voto, desplazándolo del PNV al PP".

Avisó además de que existía un "enfrentamiento" entre los nacionalistas y el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, ya que los primeros consideraban que "cerrando todos los puentes no se solucionará el conflicto". "Si se sigue en esta dinámica, el PSOE tendrá que replantearse la coalición", afirmó Jauregui en relación al acuerdo que mantenían en el ámbito del Gobierno vasco.  

"El PP y el PNV nos colocan en tierra de nadie, tener que apoyar la política antiterrorista del Gobierno y tratar de salir airosos de liderar la estrategia antiterrorista en el País Vasco", confesó. 

En esa misma reunión, la socialista andaluza Consuelo Rumí –quien también formaba parte de la Ejecutiva del PSOE– manifestó su preocupación por "la respuesta social que ha habido y por la utilización que haga el PP de ella". 

Reunión con Aznar

Ese malestar del PSOE ante la actitud del Gobierno fue trasladado por Almunia a Aznar en el marco de la reunión que mantuvieron el 26 de septiembre de 1997 y en la que hablaron, fundamentalmente, de la lucha antiterrorista en Euskadi.

En esa reunión, el representante socialista le pidió "en privado" a Aznar que "se frene la capitalización por parte del Gobierno en este asunto, ya que puede crear división y genera una imagen funesta ante la sociedad", según consta en el acta de la Ejecutiva Federal del PSOE celebrada tres días más tarde. 

"Este hecho no es reconocido por el presidente del Gobierno", lamentó Almunia, quien salió de aquella reunión en La Moncloa con una convicción: "Hubo más discrepancias que acuerdos". Tras escuchar su intervención, la presidenta del Partido Socialista de la Región de Murcia, María Antonia Martínez, lo resumió con otra frase: "La política antiterrorista del PP –remarcó– es electoralista".  

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