BARCELONA.- Catalunya Sí Que es Pot (CSQP), la candidatura de confluencia articulada por ICV, EUiA, Podem y Equo se ha saldado con un sonoro fracaso en las urnas. Si antes de empezar la campaña electoral para el 27-S las encuestas daban a la formación encabezada por Lluís Rabell claras opciones de ser la segunda fuerza del Parlament -rivalizando con Ciudadanos-, la realidad le ha situado muy lejos de esta expectativa. 11 escaños y el 8,9% de los votos han dejado a la candidatura en cuarto lugar, empatada con el PP, poco por encima de la CUP y por detrás de Junts pel Sí, Ciudadanos y también del PSC. Y lo que es peor, incluso por debajo de los 13 diputados y 9,9% de los sufragios que obtuvo ICV-EUiA en 2012, a pesar de mantenerse en unos 360.000 votos, eso sí con una participación en esta ocasión mucho mayor -77% un récord histórico en unas autonómicas catalanas-.
Faltaban pocos minutos para las 11 de la noche cuando Rabell ha comparecido ante los medios en la antigua fábrica Fabra y Coats para valorar los resultados y reconocer que tras una campaña “complicada y difícil”, CSQP “no ha conseguido el objetivo deseado”, que era entrar en el Parlament “con un fuerza decisiva”.
Rabell ha hecho su aparición acompañado de los primeros integrantes de la lista, como Gemma Lienas, Joan Coscubiela y Joan Josep Nuet y de dirigentes de ICV como Joan Herrera y Dolors Camats, pero sin tener al lado a ningún dirigente estatal de Podemos. “En un escenario extremadamente polarizado entre el sí [a la independencia] y el no, ha sido muy difícil para una candidatura como la nuestra, de corte social, exponer problemáticas económicas y sociales, que han quedado expulsadas del debate”, ha señalado el candidato, presidente de la Federación de Asociación de Vecinos de Barcelona (FAVB) antes de aceptar el reto de encabezar la lista de CSQP.
Poco más de un centenar de militantes y simpatizantes se han acercado a una Fabra Coats en la que se ha vivido una noche muy distinta a la del pasado 24 de mayo, cuando Barcelona en Comú celebró su victoria en las elecciones municipales. A pesar de señalar constante a la confluencia encabezada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, como su principal referente, la realidad es que la articulación de las dos candidaturas ha tenido notables diferencias.
Mientras que la opción municipalista surgió, fundamentalmente, de un movimiento ciudadano, CSQP ha sido básicamente un pacto entre partidos, que ni tan siquiera ha logrado el apoyo explícito de los principales dirigentes de Barcelona en Comú.
En su comparecencia, Rabell ha celebrado la alta participación y ha felicitado a Junts pel Sí por su victoria. Ha afirmado que los resultados de los comicios, con una mayoría independentista en escaños, muestran una “gran aspiración de la ciudadanía catalana” que hace “insostenible el actual statu quo”. El candidato ha añadido que “hace falta darle salida” y, en este sentido, considera que su propuesta -un referéndum pactado- “ganará fuerza” en los próximos tiempos.
Rabell también ha comentado que su objetivo en el próximo Parlament será defender los “derechos sociales de la ciudadanía, haya votado sí o no”.
El cinturón rojo se ha vuelto naranja, no morado
Las urnas han dictado sentencia y parece evidente que la omnipresencia de Pablo Iglesias durante la campaña -ha participado en 14 actos- no ha servido para movilizar a los ciudadanos de los barrios populares, fundamentalmente del área metropolitana de Barcelona, en favor de CSQP. El antiguo cinturón rojo metropolitano -por las incontestables victorias del PSC- se tenía que convertir en un “cinturón morado”, según un Iglesias que ha hecho constantes apelaciones a los antiguos votantes socialistas durante la campaña, pero al final se ha transformado más bien en un cinturón naranja.
El partido de Albert Rivera, encabezado en los comicios por Inés Arrimadas, ha obtenido la victoria en grandes municipios metropolitanos como l'Hospitalet de Llobregat -la segunda ciudad catalana- y el Prat de Llobregat, en las que el PSC ha sido segunda, mientras que los socialistas se han impuesto en Cornellà de Llobregat, demostrando un aguante mejor al que preveían los sondeos.
Catalunya Sí Que es Pot ha recibido la mayor parte del apoyo en la provincia de Barcelona, en la que ha sumado poco más de 300.000 votos (el 10,1% del total) y ha obtenido nueve escaños, uno menos de los que consiguió ICV-EUiA hace tres años. Los ecosocialistas sumaron un diputado en cada una de las otras tres demarcaciones -Girona, Tarragona y Lleida-, pero CSQP sólo ha podido mantener los de Tarragona y, por pocos votos, el de Girona, mientras que ha perdido el de Lleida.
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