El Gobierno ha salvado in extremis la ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales, la norma de Ione Belarra que caminó por el alambre incluso minutos antes de su votación en el pleno de este jueves. PSOE y Unidas Podemos, confrontados por la exclusión de los perros de caza de dicha legislación impuesta por los socialistas, ha salido adelante por 174 votos a favor, 167 en contra, y siete abstenciones.

Esta no era la única ley que peligraba, pues la norma venía acompañada de una modificación del Código Penal en lo relativo a las penas para perseguir el maltrato y abandono animal. Finalmente, también ha recibido el visto bueno por mayoría absoluta (178 síes, 165 noes y cinco abstenciones).

Los socialistas se apoyaron en el PP y Vox, entre otras formaciones, para introducir una enmienda que cambiaba sustancialmente el texto. Este movimiento desplazó de la ecuación a la mayoría parlamentaria dispuesta entonces a aprobar la ley estrella del Ministerio de Derechos Sociales, pues entendían que no podían quedar fuera del paraguas de la norma los animales más desprotegidos hasta ahora.

Si bien, ante el riesgo de que la norma cayera en saco roto, las negociaciones se han intensificado hasta momentos antes de la votación. Ya en el debate de las dos leyes, que comenzó a las nueve de la mañana, los diputados de ERC, EH Bildu y la CUP confirmaron que no dejarían caer la norma, pero la escasa diferencia entre los síes y noes dejaba el resultado al abur de que no hubiera ninguna equivocación a la hora de emitir el voto. Todo ello con la sombra de la votación de la reforma laboral muy presente, ya que sobrevuela cuando hay votaciones ajustadas.

Finalmente, Unidas Podemos y los socios han cedido ante el PSOE a pesar de que se mantiene la exclusión de este tipo de canes, y han votado a favor de la ley. Los morados, de hecho, amagaron con no votar a favor de su propia norma, pero desde hace unos días, fuentes del grupo morado señalaron que "no dejarían caer una ley del Gobierno y menos suya". 

Por ello, según Lilith Verstrynge, secretaria de Estado de Agenda 2030, la victoria de este jueves es "agridulce". "Lamentamos que el PSOE haya cedido a las presiones del lobby de la caza", ha insistido la secretaria de Organización de Podemos. En cualquier caso, ha augurado "nuevas olas animalistas" que permitan nuevos avances en derechos, en relación a los perros de caza. 

Asimismo, ERC y EH Bildu, con presencia en el Senado (conforman el tercer grupo de a Cámara Alta), han avisado de que seguirán negociando con los socialistas la inclusión de los perros de caza en la ley, una cuestión que el PSOE da ya por superada y no plantea moverse de la silla. "Hay partido", ha reivindicado en cualquier caso el diputado republicano Joan Capdevila.

En el marco de esta suma de votos, destaca la posición de la CUP, una fuerza que suele descolgarse de casi todas las iniciativas del Gobierno o de los grupos que lo componen. En esta ocasión, los dos síes cupaires han contribuido a virar la veleta de la norma en sentido favorable. 

A pesar de que toda la atención política y mediática ha girado en torno a la exclusión de los perros de caza, la norma aprobada por el Congreso presenta numerosos focos y avances en materia de protección de los animales. El texto trae obligaciones para los poseedores de animales de compañía, como la creación de un curso necesario para dueños de perros, que también tendrán que contar con un seguro. Los gatos, salvo los criadores, deberán estar esterilizados y los perros peligrosos dejarán de existir, de tal forma que se examine la conducta de cada perro, independientemente de su tamaño o raza. 

La venta de perros, gatos y otros animales de compañía como los hurones no podrá realizarse en tiendas, sino en criaderos autorizados. El sacrificio de animales, por último, quedará prohibido salvo que se pueda justificar por razones veterinarias relacionadas con la necesidad de evitar el sufrimiento de un animal enfermo.