Han tenido que pasar 47 años y medio desde la muerte del dictador Francisco Franco para que en los ayuntamientos españoles dejara de haber alcaldes que en su día fueron nombrados a dedo por la dictadura. Un hito histórico que no deja de tener un punto de paradoja al ocurrir en pleno acceso de la ultraderecha al poder con Vox de la mano del PP.

Este sábado, y tras sendos batacazos electorales, los ya exalcaldes de Matillas (Guadalajara), Ignacio Gordón, y de Beade (Ourense), Senén Pousa, entregaban las varas de sus respectivos municipios a José Luis Gordón y Fernando Taboada, ambos del PP, que les relevarán al frente de los ayuntamientos tras algo más de medio siglo en el primer caso y durante 49 años en el segundo.

Ambos resultaron perdedores de las duodécimas elecciones a las que se presentaban tras haber ganado con mayorías las once anteriores.

Mientras, José Luis Seguí y Mauricio Martínez, que también acumulaban once victorias en las urnas tras el dedazo franquista inicial, ya no concurrieron en las de Almudaina (Alacant) y Valdarachas (Guadalajara), cuyos ayuntamientos presidían desde 1972 y donde serán sustituidos por Pau Navarro y por Beatriz Troyano.

Se trata, en todos los casos, de pequeñas poblaciones de áreas rurales, con 47 habitantes en el caso de Valdarachas, 103 y 112 en los de Matillas y Almudaina y 372 en el de Beade, el de mayor censo, que esos cuatro alcaldes dirigían desde el PP y que van a seguir en manos de los conservadores tras los relevos y las votaciones.

Los conservadores tendrán en Almudaina un gobierno monocolor y dispondrán de mayorías absolutas en Valdarachas y en Matillas, mientras que en Beade la legislatura se les presenta más tormentosa.

Senén Pousa sigue como concejal en Beade (Ourense)

Pousa, si su avanzada edad de 84 años se lo permite, seguirá como concejal durante otros cuatro años tras haber obtenido el acta con la Agrupación de Electores por Beade (AEPB), la candidatura  que impulsó tras apearlo de la lista del PP la dirección provincial que controlaba Manuel Baltar.

En las últimas semanas, este ha entrado en una fase de decadencia orgánica e institucional tras los escándalos de las multas y de las conversaciones de su hermano sobre presuntas mordidas.

Su voto en la constitución del ayuntamiento, que era una incógnita hasta la misma mañana de este sábado, fue objeto tanto de disputa como de especulación en los días previos ante lo enrevesado de los resultados en Beade.

El PP, con tres concejales de siete, tenía la alcaldía en la mano como lista más votada frente a los dos ediles del PSOE, el de la lista vecinal Avide (Agrupación Veciñal Independiente de Electores) y el del propio Pousa, que sobre el papel sumaba una improbable mayoría alternativa con estas dos últimas formaciones que le daba tanto para materializarla como para negociar el apoyo de su antiguo partido a cambio de no activar esa opción.

Al final, y aunque llegó a haber contactos entre el PSOE y el ya exalcalde, cada concejal votó al candidato de su lista, lo que deja la vara de alcalde en manos de Taboada, que dirigirá un equipo de gobierno de tres ediles con cuatro en la oposición.

Los vecinos sacan del ayuntamiento al alcalde histórico

También hubo intriga, aunque menos, en torno a los resultados en Matillas, donde un error de la mesa electoral en la transmisión de los resultados por vía telemática hizo que durante unos días se mantuviera la apariencia de que el quinto puesto de concejal iba a ser sorteado entre Gordón y Graciela Muñoz, la cabeza de lista del PSOE.

Sin embargo, el acta del escrutinio recogía con claridad, y sin motivos de impugnación, que el alcalde del pueblo durante los últimos cincuenta años quedaba fuera del consistorio, aunque, por imperativo de las formalidades, fue necesario que la junta electoral lo dejara claro.

En un concejo de elección directa, Gordón obtuvo solo 22 votos, lo que le situaba por detrás de sus cuatro compañeros en la candidatura del PP y también de Muñoz, que recibió uno más.

Este sábado, su sobrino José Luis le sustituyó como alcalde con los votos de los cuatro concejales que le seguían en la candidatura, mientras la cabeza de lista del PSOE se estrenaba como única concejal de la oposición.

“Nadie, ni él, pensaba que el alcalde no iba a salir”

"Ignacio Gordón ya no es alcalde, y eso es lo importante", explicó Muñoz, que llamó la atención sobre el "abandono" y la "mala gestión" de la que a su juicio ha sido objeto el pueblo en los últimos años.

Una situación paralela a una decadencia que le ha llevado a perder la mitad de su población en lo que va de siglo, al pasar de los 205 habitantes de 1999 a los 103 actuales.

Eso ocurrió después de las décadas de languidez que acompañaron al declive de la fábrica de cemento, a la que Ignacio Gordón llegó para trabajar como ingeniero unos años antes de ser designado como alcalde y mantenerse medio siglo en el cargo.

"Yo quiero ayudar. Matillas tiene potencial no solo para recibir subvenciones, sino para prosperar", señala Muñoz, que destaca cómo los cinco miembros del ayuntamiento son nuevos.

Una renovación que incluye reducir de más de ochenta años a menos de cincuenta la media de edad del pleno. Dos de los cinco ediles residen de manera permanente en el pueblo.

Los resultados de las elecciones en Matillas resultaron sorprendentes, aunque, en otro ejemplo palmario de la desconexión entre las instancias políticas y la sociedad, quizás lo fueron más para el PP de Guadalajara que para los votantes locales: "Nadie pensaba que el alcalde no fuera a salir, ni él mismo", admite Muñoz.

Pousa, García-Margallo y ‘los de siempre’

Pero Gordón no salió elegido concejal, algo que, tras los cuatro ceses como alcaldes, deja a Pousa, ahora edil de base de Beade, como uno de los últimos cargos públicos en activo que ya lo habían sido en el franquismo y que siguen siéndolo tras casi medio siglo de democracia.

No es el único. El más conocido, aunque quizás no tanto por este detalle, es el eurodiputado conservador José Manuel García Margallo, que lleva 49 de sus 79 años de vida en distintos puestos electivos y de designación desde que en 1974 fuera nombrado jefe del Servicio de Estudios y Programación de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Hacienda.

Pousa y García Margallo encabezan, prácticamente empatados, la lista de los de siempre de la política española, con algo más de antigüedad el primero y con mucha más relevancia pública el segundo.

En ese escenario, las elecciones europeas de junio de 2024 supondrán un hito para determinar si el exministro prolonga su carrera en la cosa pública más allá del medio siglo.

Una opción que, al ser de cinco años las legislaturas comunitarias y tener cinco menos que el exalcalde gallego, le daría posibilidades de remontar frente a este en el ranking de adherencia al sillón institucional.

Tras ellos, se sitúan en la parte alta de esa clasificación la veintena de alcaldes que se mantienen en el cargo desde las primeras elecciones municipales de 1979.

Algo a lo que han dejado de optar históricos como el sindicalista Juan Manuel Sánchez Gordillo en Marinaleda (Sevilla) y el socialista Cecilio Lera en Castroverde de Campos (Zamora), el primero por decisión propia y el segundo tras ser condenado a cuatro años de prisión por abusar de menores y ser encarcelado preventivamente por violencia machista.