Los motivos que pueden empujar a una persona a tomar las armas en una guerra pueden ser tan diversos como una ideología, la autodefensa, una pasión militar o el más puro vacío existencial. A Martín, nombre ficticio, le impulsó su convicción anarquista y una determinación muy clara por defender al oprimido y las causas injustas.

En 2015, este joven abandonó Madrid dejando atrás toda su vida. "Cogió la misma mochila que le vi llevarse a tantos festivales y puso rumbo a la frontera de Siria con Turquía, para luchar en primera línea", explica Patxi Belyeu, productor de documentales y amigo de toda la vida de Martín. "Lo hice porque no había otra, había que ponerse entre el Daesh y la población", cuenta el propio brigadista en un audio.

Patxi Belyeu comenzó grabando todas sus conversaciones en lo que más tarde se convertiría en el podcast de Producciones del KO Si no sabéis de mí. Cinco episodios (que acabarán de publicarse con El retorno la semana que viene) que Martín cataloga como "una confesión" de todo aquello que vivió.

La guerra en Siria comenzó en 2011, en plena Primavera Árabe. Acabar con el régimen dictatorial de Bashar Al-Assad fue el primer motivo de la revolución que, más tarde, acabaría en una de las guerras más complejas y sangrientas del mundo. La población kurda, que llevaba siglos peleando por su tierra y su independencia, se unió al conflicto tomando partido con la oposición.

Martín ya había pasado un tiempo en la frontera y se había interesado por la causa kurda, pero una vez allí, cuando vio el sufrimiento de la población civil, su "única solución fue tomar las armas", según Belyeu. Hace una visita fugaz a Madrid, la ciudad que lo vio crecer, en la que, a pesar de no manifestar sus intenciones explícitamente, todo su círculo comprendió cuál era su cometido.

Desde ese momento, Martín pasó a no ser nombrado y por lo tanto, a caer prácticamente en el olvido. "Se generó un tabú a partir de él, no decíamos su nombre porque conocíamos el peligro al que estaba expuesto", recuerda a Público su amigo.

La historia vuelve a comenzar cuando, en 2020, Paxti recibe un mensaje encriptado por Signal. Su amigo de toda la vida quería volver a casa. Lo que el antiguo brigadista vivió desde aquel momento también fue un viaje, pero uno en el que las armas pasaban a un segundo plano y comenzaba a estar protagonizado por el futuro incierto que le esperaba en la ciudad que dejó años atrás. "En su caso las secuelas son muy difíciles de explicar", cuenta Belyeu, pero asegura que es "evidente que ha vivido cosas que son muy fuertes que le han afectado".

Brigadas internacionales

Es difícil comprender los motivos que pueden empujar a un español a combatir en una guerra extranjera, pero hay que tener en cuenta que la convicción de este joven no fue pionera. En el podcast se plantea que las inquietudes políticas de Martín son las que puede compartir con las Brigadas Internacionales que lucharon en la guerra civil contra el fascismo o con quienes ahora parten a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa, según analiza el productor.

"Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia", pronunciaba Dolores Ibarruri, La Pasionaria, en la despedida de las Brigadas Internacionales en Barcelona en el 38. Ahora, Patxi se pregunta si a día de hoy un excombatiente puede ser considerado un héroe, como gritaba la pasionaria, o más bien un loco, temerario o terrorista. La incógnita sigue abierta.

Belyeu asegura que uno de los retos que le ha planteado la historia de Martín es "reflexionar sobre hasta dónde llega la autodefensa y dónde empieza la violencia injustificada".

Patxi asegura a Público que este podcast ha servido como "una especie de terapia de grupo y un trabajo de reconexión" para unos amigos que creían haber perdido a uno de los suyos.