Tal como estaba previsto, –era la máxima favorita– los países de la Unión Europea (UE) eligieron este viernes a Nadia Calviño, vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos española, como nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el principal banco público de la Unión Europea, a partir del 1 de enero de 2024 en sustitución del alemán Werner Hoyer.

Calviño, que sucederá a Werner Hoyer al frente del BEI durante los próximos seis años, se disputaba el puesto con la vicepresidenta de la Comisión Europea, la danesa Margrethe Vestager, como principal rival, pero también con la polaca Teresa Czerwinska, el italiano Daniele Franco y el sueco Thomas Östros.

El nombramiento de Calviño supone su salida del Gobierno, algo con lo que ya contaba Pedro Sánchez. Su sustituto al frente del  Ministerio de Economía, Comercio y Empresa será, con casi total probabilidad, José Luis Escrivá, actualmente ministro de Transformación Digital.

Tras lograr los apoyos necesarios y comprobar que Calviño era la única candidata con el  respaldo suficiente, ahora queda el trámite formal:  el ministro de Finanzas belga, Vincent van Peteghem, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de Gobernadores del BEI, hará una propuesta al Consejo de Administración de cara a una votación final oficial. Calviño debe reunir el apoyo del 68% del capital del banco y de al menos 18 Estados miembro.

Según una norma establecida en 1958 por el Consejo de Gobernadores, el presidente del BEI recibe el mismo salario mensual que el presidente de la Comisión Europea, por lo que Calviño percibirá, al igual que Ursula von der Leyen, en torno a 375.000 euros anuales, lo que supone un sueldo de más de 30.000 euros al mes.