À PUNTPP y Vox ultiman el asalto a la televisión pública valenciana
La cancelación de cuatro de los programas con más seguimiento de À Punt supone el disparo de salida para el asalto de PP y Vox a la radiotelevisión pública valenciana.

València-
La famosa comida de Carlos Mazón en el restaurante El Ventorro durante la DANA se ha convertido en un lugar común. Un lugar de memoria de la infamia, se podría decir. Pero no se suele recordar tanto que —en la versión oficial que digamos que ha quedado como definitiva, después de tantas variaciones— la comida de Mazón con la periodista Maribel Vilaplana, uno de los rostros más conocidos de Canal 9, tenía un objetivo: ofrecerle la dirección de À Punt. Alfred Costa, quien hasta entonces ocupaba dicho puesto, dimitió cuando se supo. Costa había sido nombrado por el PSOE y, a pesar de que es también un veterano de Canal 9, su vinculación partidista —antes de ocupar su puesto en À Punt era concejal socialista en Torrent (Horta Sud)— ya preveía que su sustitución era solo cuestión de tiempo.
La toma de control de À Punt por parte de la derecha en el Gobierno ha requerido tiempo. No fue hasta marzo de 2024 que PP y Vox pactaron la reforma de la ley de la radiotelevisión pública valenciana, una normativa proveniente del anterior gobierno progresista. Pero la DANA, como tantas otras cosas, ha acelerado los acontecimientos. Hay un consenso generalizado en el sector del periodismo valenciano sobre la profesionalidad de la cobertura de todo lo relacionado con la DANA por parte de À Punt. No solo porque durante aquel 29 de octubre se informó correctamente de todo lo referente a la meteorología, sino porque, posteriormente, también ha mantenido el tipo por lo que respeta a la información política, un extremo inimaginable durante la etapa de Canal 9. ¿Se acabó la primavera, ahora que justo empieza?
El pasado 10 de diciembre, poco más de un mes después de la DANA, PP y Vox pactaron los nombramientos para el consejo de administración de À Punt. PSOE y Compromís no presentaron sus propuestas, como protesta. Por ello, dicho órgano ahora está copado por los nombres de la derecha. Si bien la mayoría estaba garantizada para PP y Vox, esta estrategia de los partidos de la oposición no se acabó de entender en algunos sectores progresistas vinculados al mundo del periodismo. Tampoco, de hecho, dentro de Compromís. Según fuentes consultadas, hubo miembros destacados del partido que intentaron interceder con el grupo parlamentario para hacerles cambiar de opinión. Se produjeron conversaciones infructuosas al respecto y, según estas mismas fuentes, Compromís, finalmente, optó por seguir la misma dirección que el PSOE.
Sea como sea, los primeros dos nombres clave para la nueva etapa en la radiotelevisión valenciana tienen un denominador común: COPE y 13TV, es decir, la radio y la televisión de la conferencia episcopal. De la primera proviene Vicente Ordaz, nuevo presidente de À Punt; de la segunda, Francisco Aura, nuevo director general. Sus primeras decisiones polémicas no se han hecho esperar: la cancelación de cuatro programas emblemáticos de la televisión y de la radio, algunos de ellos, de hecho, relacionados con la cobertura informativa de la DANA.
Se trata de Podríem fer-ho millor, Cadena de valor, Territori sonor y En directe. El primero de ellos, Podríem fer-ho millor, es un programa de actualidad en clave de humor que ocupaba un espacio de tardes. Hace pocos días versionaban una canción de Manu Chao para preguntar "¿Qué horas son, señor Mazón?", en referencia a la desaparición del president de la Generalitat durante la tarde del 29 de octubre y la especulación sobre su ubicación en cada momento. Parece que no hizo demasiada gracia en el Palau de la Generalitat. Podríem fer-ho millor ocupa esta franja horaria desde hace un año, pero previamente se emitía en las mañanas del fin de semana. En aquel momento ya generó polémica, porque sustituía a Pròxima parada, conducido por Susanna Lliberós, una periodista que nunca ha escondido sus simpatías valencianistas.
En directe es el espacio informativo de las tardes en la televisión de À Punt. No tiene un marcado tono político, antes al contrario, pero sí que ha estado informando de todo lo relacionado con la DANA durante los últimos meses. Cadena de valor es un espacio sobre información económica que ahora también desaparece. Por ahora serán sustituidos por producción propia y reposiciones, ya que hasta septiembre no habrá nueva temporada.
Territori sonor, el último de los programas cancelados, supone la desaparición de una ventana que tenía la música valenciana y, más concretamente, la música en valenciano. Se trata prácticamente de la única ventana mediática, de hecho, para dicho sector en el ecosistema valenciano. En este sentido, Rafa Xambó, profesor de Sociología en la Universitat de València y músico y cantautor, miembro del Col·lectiu Ovidi Montllor, que agrupa a los músicos de la música en valenciano, apunta a esta cancelación como una de las muestras de la política de PP y Vox de menosprecio a la cultura en lengua propia.
La cancelación de estos programas augura un nuevo rumbo que revive experiencias pasadas de mal recuerdo y que tienen un nombre concreto: Canal 9. Vicent Marco, presidente de la Unió de Periodistes Valencians, publicaba recientemente un artículo en el que advertía claramente de que “llega el rotovátor a triturarlo todo en À Punt”. El mencionado Xambó, especialista en medios de comunicación y que fue miembro del consejo de administración de Canal 9 a propuesta de Compromís, etapa en la que vivió el cierre de la entidad, también apunta en la misma dirección: “Quieren convertir la televisión y la radio públicas en un negocio para las empresas amigas”.
Ramir Calvo, periodista valenciano que estuvo trabajando hasta hace un año, de hecho, en uno de los programas afectados, Podríem fer-ho millor, también describe la situación en unos términos similares: “PP y Vox habían pactado la ley y ahora les faltaba implementarla”. Calvo prevé que la nueva etapa pasará por “externalizar más contenido y un enfoque más afín a sus intereses”. Calvo se ha convertido en una voz de referencia por su dominio de la hemeroteca y del archivo en todo lo referente a la DANA y a los continuos cambios de versión de Mazón y los miembros de su Gobierno, a través de su cuenta personal en la red social X.
La externalización de contenidos es un campo de batalla. Xambó apunta, en este sentido, a Francisco Aura como un nombre clave, que ya ejerció como jefe de contenidos en Canal 9. En aquella época, durante el mandato de Eduardo Zaplana —recordemos: mentor político de Carlos Mazón—, Aura puso en marcha empresas audiovisuales con María Consuelo Reyna, la mano todopoderosa de Las Provincias y que, a su vez, era la mujer de Jesús Sánchez Carrascosa, director de Canal 9, de quien Aura era mano derecha. Dichas empresas proveían de servicios al ente público, que, por supuesto, generaban un rendimiento económico interesantísimo. Financieramente, a Aura le fue muy bien, no hay duda de ello.
Hay una broma recurrente que consiste en referirse a À Punt como Canal 9, como quien insiste en llamar Twitter a la red social que Elon Musk rebautizó como X. Con los polos opuestos, en el sector periodístico valenciano hay miedo de que este juego con el nombre deje de ser una broma. Ramir Calvo es más optimista, ya que considera que un escenario así es ahora más difícil que en su momento, puesto que aquella época ha generado anticuerpos. Habrá un cambio, pero no resultará fácil que se llegue a extremos de manipulación informativa y tramas de corrupción como se vieron en su día.
Xambó, en este sentido, ve el vaso medio vacío y sí que prevé un escenario más claramente decantado hacia un uso de la TV pública como “plataforma de propaganda”. “Se producirá un desembarco de periodistas de Ok Diario, El Español o la COPE” y À Punt se convertirá en “un medio más con el perfil de 13TV”, pero, eso sí, “con un poco de valenciano”. Xambó también señala que, al contrario de otras épocas, Las Provincias se podrá ver fuera del reparto, ya que pertenece al grupo Vocento, editor de ABC, medio que ha pedido recientemente en portada la dimisión de Mazón. Habrá que esperar a su reemplazo para hacer las paces, por lo tanto.
Ironías de la vida, el compromiso electoral de Vox era cerrar À Punt, medio de comunicación que considera como un organismo para la difusión del “separatismo”. Ahora, por contra, tendrá una influencia determinante en su configuración. Por su parte, Vicente Ordaz, quien era un tertuliano habitual de À Punt durante su etapa como director de informativos de COPE València, tendrá la posibilidad de cambiar su opinión respecto a la utilidad del valenciano y, quién sabe, incluso hablarlo. En una de aquellas tertulias —concretamente en À Punt Directe de junio de 2020— confesó que llevaba a sus hijos a una escuela internacional en inglés para que no pierdan el tiempo con el valenciano. La lengua que da sentido a un medio de comunicación como À Punt y que ahora, como en los tiempos de Canal 9, verá reducirse su presencia inevitablemente.
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