El enrevesado suceso político que el pasado lunes llevó la votación del denominado paquete fiscal hasta la madrugada en el Congreso ha provocado que algunos detalles importantes hayan pasado desapercibidos. Detalles que con el paso de las horas se han revelado en su magnitud real.

Uno de ellos es que el PSOE no apoyó la enmienda que semanas antes había pactado con Sumar para acabar con el régimen fiscal especial de las sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria (socimi). Tampoco respaldaron la enmienda (igualmente pactada entre ambos) que abría la puerta a elevar la fiscalidad de los seguros sanitarios privados.

La de las socimi y la de los seguros privados formaban parte de una batería de medidas fiscales que los de Yolanda Díaz habían acordado con los de Pedro Sánchez en el marco de las negociaciones que el PSOE ha mantenido en los últimos días con los distintos grupos del Congreso en esta materia.

Cuando los socialistas pactaron con Junts y el PNV dejar caer el impuesto a las energéticas, en Sumar advirtieron de que votarían en contra de cualquier medida que supusiera una merma de los ingresos y un paso atrás en la justicia y en el reequilibrio impositivo entre las rentas del trabajo (que soportan la mayor parte de la presión fiscal) y las del capital.

El PSOE y Sumar cerraron un acuerdo (que incluía la nueva fiscalidad de las socimi y otras medidas, como un impuesto al lujo o mayor IVA para los alquileres turísticos) para recuperar su alianza en el Congreso. Pero esa alianza finalmente se ha roto tras no apoyar los socialistas dos de estas medidas.

Sumar opta por no chocar con el PSOE, por ahora

La reforma fiscal siempre ha representado una de las mayores divisiones ideológicas entre los de Sánchez y la izquierda alternativa desde la puesta en marcha del primer Gobierno de coalición progresista. Los choques a cuenta de los impuestos y su reequilibrio han sido muchos y sonados, y cuando la fiscalidad no ha acaparado los focos, la división se ha mantenido soterrada.

Tras este último hito (la ruptura por parte del PSOE del acuerdo fiscal alcanzado con su socio de Gobierno), Sumar ha optado por no ir al choque abierto con los de Sánchez, al menos hasta que pase la votación del paquete fiscal en el Pleno que se celebrará el próximo jueves (que Sumar tiene previsto respaldar, aunque las negociaciones se mantienen abiertas en este momento a varias bandas).

En esta sesión plenaria, los de Díaz llevarán vivas algunas de sus enmiendas y no descartan escenificar en este debate su malestar con su socio por no respaldar dos de las medidas acordadas más importantes. Este martes la portavoz del grupo parlamentario de Sumar en el Congreso, Verónica Martínez Barbero, lanzó dos mensajes, con tono moderado, dirigidos a los socialistas.

"A nosotros no nos van a mover ni los intereses inmobiliarios ni los de las grandes empresas que no se alinean con los intereses de un Estado fuerte favorable a las clases populares", manifestó. En los días previos, algunas de las socimi más importantes del Ibex han amenazado con sacar su actividad fuera de España.

Fuentes conocedoras de la negociación parlamentaria aseguraron esos días a Público que estas empresas habían llamado a algunos grupos para que no apoyaran el paquete fiscal pactado entre el PSOE y Sumar en el Congreso, llamadas que también se habrían producido a algunos sectores del Gobierno.

Además, la portavoz advirtió que "la legislatura va a ser muy larga y a la ciudadanía le interesa que se cumplan los acuerdos que logramos". Sin embargo, este martes los de Díaz optaron por no subir el tono contra el PSOE, pese a que se trata de la ruptura de un acuerdo de manera unilateral por parte del socio mayoritario.

Los dirigentes de Sumar también han asegurado que "la reforma fiscal que necesita nuestro país está pendiente", y han apuntado a lograrla más allá de lo que se apruebe (o no) el próximo jueves en el Congreso. Desde el principio los de Díaz han defendido que, aunque el paquete fiscal negociado en la Cámara Baja podía ser positivo para reequilibrar un poco la balanza impositiva, estas medidas no satisfacían ni de lejos sus objetivos para una reforma de calado.