Las víctimas vascas de torturas policiales piden su reconocimiento: "Los jueces miraban para otro lado"
Una red formada por personas que denunciaron malos tratos en comisaría busca visibilidad pública tras sufrir durante años el "negacionismo" impuesto desde instancias políticas, judiciales y mediáticas.
![A la derecha, la fotografía que, según Unai Romano, le tomaron a su entrada a Soto del Real. Fuentes penitenciarias niegan que esta sea su fotografía de acceso A la derecha, la fotografía que, según Unai Romano, le tomaron a su entrada a Soto del Real. Fuentes penitenciarias niegan que esta sea su fotografía de acceso](https://imagenes.publico.es/files/image_horizontal_mobile/uploads/2024/11/19/673cdb50bda9e.jpeg)
Bilbao-
Los golpes duelen, pero también el silencio. Incluso el descrédito, y a veces hasta la burla. "Eso viene en un manual de ETA", repetían una y otra vez desde oficinas gubernamentales cuando personas detenidas en Euskadi bajo acusaciones de terrorismo denunciaban que habían sido torturadas durante los días previos a pasar por el juzgado.
La cosa no mejoraba cuando llegaban ante el juez. Figuras tan conocidas como Fernando Grande-Marlaska, ahora ministro del Interior, recibieron a detenidos vascos que alegaban haber sufrido malos tratos durante el paso por comisaría. Según se conoció en 2018, Grande-Marlaska llegó a acumular 223 casos de detenidos en operaciones contra ETA que pasaron por su despacho y denunciaron torturas.
"Los jueces nunca te creían y miraban para otro lado", afirma Iker Araguas, miembro del grupo promotor de la Red de Personas Torturadas de Euskadi y Navarra que se dará a conocer este sábado en una reunión convocada en el Kursaal de Donostia.
Según datos del Instituto Vasco de Criminología (IVAC), entre 1960 y 2014 se registraron al menos 5.394 casos de torturas, de los cuales 4.311 fueron denunciados por personas detenidas en la Comunidad Autónoma Vasca y 1.083 en la Comunidad Foral Navarra.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó a España hasta en 11 ocasiones por no investigar debidamente las denuncias de torturas, mientras que cinco casos llegaron incluso a los comités de Derechos Humanos y contra la Tortura de Naciones Unidas.
En España hubo 20 juicios que acabaron con condenas para 30 funcionarios. Las penas fueron mínimas y hubo reiterados indultos por parte del Estado. Incluso algunos de los acusados llegaron a ser condecorados.
Los escasos reconocimientos han llegado por parte de los Gobiernos de la CAV y Navarra, que a través de sendas leyes y decretos han reconocido a unas 270 víctimas. "Estos reconocimientos oficiales nos sitúan en otro estadio; creemos que hay elementos que nos permiten dar visibilidad a esta realidad", afirma Araguas.
Con ese escenario como telón de fondo surgió la iniciativa de tejer una red de personas torturadas similar a la que ya existe en Navarra. "Queremos constituirnos como sujeto activo para incidir en la batalla del relato, y que lo que ha estado hasta ahora silenciado y negado salga a la luz y se constate la realidad de la tortura en Euskal Herria", afirmó.
El objetivo inicial de la red que nacerá este sábado en Donostia no es otro que obtener un "reconocimiento social, político y público" hacia las personas torturadas. "A partir de ese reconocimiento se pueden dar pasos para que esto nunca más vuelva a ocurrir", subrayó Araguas.
Métodos habituales
El informe del IVAC sobre torturas sufridas por personas detenidas en Navarra a partir de 1979 dibuja esas heridas abiertas y al mismo tiempo silenciadas. "Nos encontramos ante una violencia negada, no investigada y, en consecuencia, no castigada. Todo ello, ha generado un sentimiento de desconfianza en las víctimas hacia las instituciones y el sistema de justicia", señala el documento.
El estudio efectuado en Navarra permitió establecer que los métodos de tortura más frecuentes en la muestra analizada fueron "golpes", "posturas forzadas" (94%), "la deprivación sensorial con vendas o capuchas", "restricción de sueño, alimento, agua u otros", humillaciones de tipo verbal", "amenazas de muerte", "asfixia seca o húmeda", "ejecución simuladas" o incluso, en uno de los casos recogidos, "violación".
Cuerpos implicados
Respecto a "quiénes fueron señalados como responsables", los casos recogidos "implican en un 49.9% a la Policía Nacional y en un 44.5% a la Guardia Civil", mientras que "un 0,9% de las denuncias corresponden a detenciones practicadas por la Ertzaintza".
El informe precisa además que el 2,2% "fue llevado a cabo por otras denominaciones policiales (brigada antiterrorista, brigada político social, etc.)", en tanto que "se carece de información relativa a los cuerpos policiales implicados" en otro 2,4% de los casos registrados.
El estudio apunta en sus conclusiones que "hubo un uso de la violencia física en la mayoría de los casos, combinado con el uso sistemático de técnicas de tortura psicológica, mostrando un patrón mixto en el que unos métodos y otras se potencian mutuamente para lograr el quiebre de las personas", concluyó el IVAC en el caso de Navarra.
"Dar el paso"
El objetivo de la red de personas torturadas que se conformará este sábado buscará "llegar al mayor número posible" de víctimas. "Es hora de dar el paso necesario para sacar a la luz lo que te hicieron, lo que nos han hecho, todo lo que hemos sufrido", afirman sus promotores. Saben, también, que se reabrirán heridas. Unas heridas que, en realidad, nunca llegaron a cerrarse.
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