MADRID
"Yo llevo ocho años dedicado a la denuncia de los delitos de odio y nunca me he encontrado con una simulación de delito. Esta es la primera vez y he conocido cientos de casos. La mayoría de ellos nunca se han denunciado, porque el nivel infradenuncia ronda el 90% en las agresiones y los delitos de odio hacia el colectivo LGTBI", afirma a Público Toño Abad, director del Observatorio Valenciano contra la LGTBfobia. Abad reconoce que el caso del joven madrileño que aparentemente simuló el delito está aún por esclarecerse y que no se conocen todas las circunstancias. Pero que independientemente de este caso en concreto, el nivel de agresión hacia el colectivo LGTBI ha aumentado en los últimos años al calor de los discursos de odio vertidos por la ultraderecha.
En nuestro país, los datos del Ministerio de Interior muestran un incremento en el número de estos delitos desde el año 2013, pero sobre todo a partir de 2016, con un descenso en el año 2020, en que se presentaron menos denuncias debido a la pandemia y el confinamiento, al igual que ha ocurrido con otros delitos como la violencia de género. Sin embargo, desde los colectivos advierten de que ese descenso, sólo ha sido un paréntesis en una tendencia al alza.
En el primer semestre de este año, según fuentes del Ministerio del Interior, este tipos de delitos crecieron un 9,3%. Según la última encuesta de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), la denuncia de este tipo de delitos es prácticamente inexistente. El 93% de las agresiones físicas y sexuales que sufren las personas LGTBI en España no llegan nunca a ser denunciadas. Un porcentaje que es incluso superior al de la media de la UE, en donde se denuncia un 10% de las agresiones.
Para las organizaciones de defensa de las personas LGTBI, una simulación de delito o incluso una denuncia falsa, no puede opocar la realidad que vive el colectivo. Desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) han exigido responsabilidad a los políticos y a la sociedad "para no minimizar los discursos de odio, ni restar veracidad a los delitos de odio que sufre el colectivo LGTBI".
"La simulación del delito en el caso del joven de Madrid ha hecho muchísimo daño colectivo"
"La simulación del delito en el caso del joven de Madrid ha hecho muchísimo daño colectivo", resalta Abad. "Peor hay que entender que esto ocurre en un contexto donde hay una serie de discursos de odio lanzados desde la extrema derecha y que ha puesto al descubierto la estrategia de odio sobre odio de Vox. Con ella señala primero al colectivo LGTBI o a las mujeres y cuando se producen las agresiones, señala a las personas migrantes como los culpables de dichas agresiones, mintiendo y sin tener ninguna prueba. Esto se ve claro en este caso de Madrid, donde Vox se lanzó con su discurso de odio inventándose el origen de los supuestos agresores. Aquí hay un contexto que es de emergencia y de urgencia que se tiene que abordar desde las instituciones y que tiene que tener como objetivo aislar los discursos de la extrema derecha. La democracia no se puede permitir este tipo de discursos de odio", afirma Abad a Público.
Este activista afirma que lo importante es estar con las víctimas y asegurar todos los medios para que este tipo de delitos tengan la importancia y el tratamiento que corresponde. Para esto, el colectivo pide más formación y más sensibilización a las instituciones, especialmente a la Policía y al sistema judicial.
"No se puede estar en contra de los delitos de odio mientras no se condenan los discursos de odio"
Desde la FELGTB también relacionan la irrupción de los discursos de odio en la vida pública española con este incremento de agresiones y de la violencia de las mismas. Según explica la presidenta, Uge Sangil, "cuando algo está mal visto socialmente, quienes lo piensan se cohíben a la hora de expresarlo. Sin embargo, cuando desde la esfera pública se señala y criminaliza al colectivo acusándolo, por ejemplo, de ser un peligro para la infancia o de tener privilegios, las ideas LGTBIfóbicas se ven legitimadas y, tarde o temprano, eso tendrá consecuencias. No se puede estar en contra de los delitos de odio mientras no se condenan los discursos de odio".
Más casos y más denuncias
La fiscal contra los delitos de Odio de Valencia, Susana Gisbert, afirma que en los últimos tiempos se ha producido un incremento de la homofobia que se está viendo en un incremento de las denuncias y de las agresiones, principalmente entre varones LGTBi, que cuentan que no es la primera vez que los agreden, pero que sí es la primera vez que se deciden a denunciar.
"Hemos tenido muchos más casos en estos cuatro o cinco meses de los que habíamos tenido antes y una de las principales características es que estos delitos se producen con mucha violencia física". Gisbert resalta que, si bien en los delitos de odio hacia otros colectivos la violencia es verbal, los que se producen hacia las personas LGTBI son palizas, agresiones físicas, que en algunos casos acaban en asesinatos, como ocurrió con Samuel Luiz en Galicia.
"Los homófobos no han aparecido como champiñones, siempre han existido, pero ahora se ven más amparados y acompañados"
La fiscal resalta que en los últimos años se ha visto una normalización de los discursos homófobos y de LGTBIfobia en redes sociales y en las instituciones "por parte de algunos grupos políticos". "Los homófobos no han aparecido como champiñones, siempre han existido, pero ahora se ven más amparados y acompañados y menos rechazados que hace un tiempo porque ven que su discurso ha calado, salen a la luz". Afirma que es "importante no mirar hacia otro lado y tener tolerancia cero hacia estos discursos, ante los chistes o las burlas que hacen que este discurso aflore y se propague".
Otros casos de agresiones homófobas
No son muchos los casos de agresiones que saltan a los medios de comunicación, al igual que no son muchas las denuncias sobre las agresiones que reciben las personas LGTBI. En los últimos meses se han registrado diversas agresiones sobre personas LGTBI. Una de las más duras fue el asesinato de Samuel Luiz en Galicia, a la salida de una discoteca, cuando fue agredido al grito de "maricón". Un amplio grupo de jóvenes lo agredió hasta acabar con su vida.
Otra caso de este tipo que ha saltado a los medios de comunicación recientemente fue agresión a hombre en Alicante por parte de un grupo de 17 jóvenes; la registrada en Toledo a principios de septiembre que también fue protagonizada por varios agresores o las cuatro investigaciones que se abrieron en sólo dos semanas en Valencia para clarificar diversas agresiones contra personas LGTBI.
Sin embargo en los últimos años ha habido casos que han conmocionado a la comunidad LGTBI, aunque en muchas ocasiones no se han reconocido como asesinatos o delitos de odio.
Javier Avil, un hombre de 44 años fue asesinado de una forma cruel en Gandía. Salió de su casa la noche del 4 al 5 de mayo de 2014 y no volvió. Mes medio después su cuerpo fue hallado descuartizado en varias bolsas. Pese a que el primer jurado que juzgó el caso sí que apreció la motivación homófoba y condenó al principal acusado a 16 años y tres meses de prisión, una revisión de la sentencia por el Tribunal de Justicia de Valencia, eliminó el agravante de homofobia y rebajó la condena a 15 años.
Lyssa da Silva, una mujer transexual de 41 años y de nacionalidad brasileña, fue asesinada de una paliza que le propinaron dos hombres en la provincia de Alicante. Tras ser brutalmente golpeada la dejaron semiinconsciente en un ascensor, donde fue hallada muerta por los golpes. Inicialmente la Fiscalía solicitaba 15 años de prisión para el principal acusado, pero un acuerdo con la defensa rebajó la condena en cinco años, y la dejo en 10 años de prisión. Este crimen fue el primero de una persona transexual del que se tiene constancia en esta provincia, ocurrió el 21 de julio del pasado año en un piso de la Albufereta.
Fernando Lumbreras, fundador de la asociación Lamba de Valencia, fue asesinado en su domicilio en diciembre de 2018. En principio se negó que su asesinato hubiera sido por motivos de odio LGTBI. La sentencia condenó al principal acusado a 18 años de prisión por un delito, de asesinato y robo con violencia.
Tres hombres fueron acorralados y agredidos en el parque del Tossal en Alicante el pasado mes de abril. Al grito de "maricones, hijos de puta, iros de aquí, os vamos a matar", un grupo de 17 jóvenes les lanzaron piedras y los acosaron con palos. La Policía ha detenido a 13 personas entre 14 y 19 años. Una de las víctimas, un hombre de 43, sufrió fracturas en el tabique nasal, pómulo y fémur, por lo que ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente dos veces.
El asesinato de Samuel Luiz en Galicia en la madrugada del 3 de julio de este año a manos de un amplio grupo de jóvenes a la salida de un discoteca sigue bajo investigación. Durante los primeros compases de la misma, la Policía negaba que se tratara de una agresión homófoba, a pesar de que los asesinos lo mataron al grito de "maricón de mierda". Los colectivos LGTBI denuncian que las fuerzas de seguridad del Estado no aplican los protocolos para identificar este tipo de agresiones.
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