El Partido Animalista (Pacma) vuelve a reclamar un circo sin animales. Después de la protesta llevada a cabo en enero ante el Ayuntamiento de Madrid para pedir su prohibición, pues considera que ese tipo de espectáculos conllevan "un terrible maltrato" para los animales, el Pacma aboga porque España se una a los Estados de la UE que rechazan la presencia de animales bajo la carpa, como Portugal o Dinamarca.

"Reino Unido acaba de anunciar que se suma a la lista de países que no va a permitir el uso de animales salvajes para espectáculos circenses y le da al sector dos años para adaptarse. De momento, dejará de expedir licencias (las que ya hay cumplen en dos años) para el uso de estos animales en espectáculos, lo que garantizará que a partir de 2020 ningún circo pueda usar animales en sus espectáculos", señala el Partido Animalista en un comunicado.

Pacma cree que el fin de los circos con animales podría llegar a través de la Ley Cero, una propuesta suya de carácter general para erradicar al práctica en todo el Estado. "Los animales explotados en circos sufren la privación de libertad, pasan la mayor parte de su vida enjaulados o encadenados y no tienen espacio suficiente para desarrollar sus necesidades y comportamientos naturales", explica el partido.

"Además, son sometidos a un duro entrenamiento, consistente en repeticiones incesantes de ejercicios antinaturales que les resultan difíciles e incómodos, con técnicas de adiestramiento terribles. Los animales nunca atravesarían aros de fuego, andarían a dos patas o montarían en bicicleta, salvo por temor a las represalias que puede suponer no hacerlo", razona el Pacma.

El trato que reciben, el cautiverio, la frustración, la falta de ejercicio y de interacción con otros animales de su especie, añade el comunicado, "les hacen padecer con frecuencia graves trastornos mentales", síntomas similares a los que padecen los animales encerrados en zoológicos. 

Por ello, el 15 de marzo han convocado una concentración ante el Congreso para protestar por la "inactividad" del Gobierno respecto a las políticas a favor de los animales y, de paso, para respaldar la iniciativa recién adoptada en el Reino Unido.