Del cónclave a la fumata blanca: estos serían los pasos para elegir a un nuevo papa
Todos los cardenales del mundo menores de 80 años acudirían al Vaticano a votar al sucesor del pontífice.

Madrid-
El papa Francisco ha cumplido tres semanas ingresado en el hospital Gemelli de Roma, como consecuencia de una bronquitis con infección polimicrobiana además de una neumonía bilateral.
Los 88 años del papa hacen que se especule sobre el posible empeoramiento de su estado de salud y la necesidad de que la Iglesia Católica celebre un cónclave para elegir a su sucesor en caso de que fallezca. Si se diera este supuesto, el protocolo para el inicio del nuevo pontificado se desarrollaría de la siguiente manera:
Periodo de Sede Vacante
El administrador de la Santa Sede –el camarlengo– es el que certifica la muerte y sella la habitación papal. Tras esto, se destruye el anillo grabado con la imagen de San Pedro, que porta al papa como su sucesor, llamado Anillo del Pescador.
Después, se declara el periodo de Sede Vacante, se organizan los funerales del papa –llamados Novendiales– y se prepara el cónclave. Este rito se celebra entre 15 y 20 días después de la muerte del papa y consiste en la reunión de los cardenales de todo el mundo –menores de 80 años– en la Capilla Sixtina, en el Vaticano, donde eligen al sucesor.
Antes de comenzar el cónclave, se celebra la misa Pro Eligiendo Pontifice, presidida por el cardenal decano, junto con todos los cardenales que se hayan desplazado al Vaticano.
Tras esta misa, los cardenales son encerrados bajo llave en el interior de la Capilla Sixtina, donde se producirá la votación para elegir al sucesor del papa fallecido. Los cardenales están aislados durante el proceso de votación, para evitar influencias externas, pero comen y descansan en una residencia adyacente a la Basílica de San Pedro, llamada la Casa de Santa Marta.
Dos tercios de los votos
En el momento de realizar la votación, todos los cardenales escriben en un papel el nombre de otro cardenal que deseen que sea el siguiente papa. Después de que todos los presentes metan su papel con un nombre en una urna, se mezclan los votos y se leen en voz alta.
En caso de que ninguno obtenga dos tercios de los votos del conjunto de cardenales, todos los papeles se queman junto con sustancias químicas en la chimenea de la Capilla Sixtina y se produce el humo negro, conocido como fumata negra.
El color negro del humo que se ve desde el exterior informa que el cónclave aún no ha obtenido un resultado final y se debe repetir la votación.
Fumata blanca
Por otro lado, cuando un papa concreto sí que obtiene los dos tercios de los votos, el cardenal decano le hace la pregunta: "¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?". En caso de que acepte, el cardenal elegido debe elegir su nombre papal y se viste con la sotana blanca.
Finalmente, se vuelven a quemar los papeles de los votos, pero, esta vez, con unas sustancias que hacen que el humo que sale al exterior sea blanco, conocido como la fumata blanca. Esta fumata informa a los fieles que se encuentran en el exterior que la elección del nuevo papa ya se ha producido.
Para terminar con el proceso, el Cardenal Protodiácono –el más antiguo de la orden diaconal– anuncia el Habemus Papam desde el balcón de la Basílica y, después, el nuevo papa se dirige a los fieles por primera vez.
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