La escasez de lluvias que desde hace meses sufre Catalunya provocará un salto adelante significativo en la situación de sequía del país, ya que este martes el Govern declarará la situación de alerta en la cuenca del Ter - Llobregat, que abastece a unos 140 municipios -entre los que se encuentra Barcelona- y unos cinco millones de personas. Lo ha anunciado la consellera de Acció Climàtica, Teresa Jordà, en una entrevista en Catalunya Ràdio.

La alerta por sequía implicará la puesta en marcha de una serie de restricciones en el uso agrícola, industrial, así como en los riegos de parques y jardines, entre otros, pero Jordà ha subrayado que el agua de boca - el uso doméstico- está garantizado. "La ciudadanía no lo notará, no habrá cortes de agua", ha resaltado la consellera.

También se declarará la alerta por sequía en el ámbito Darnius-Boadella -en Girona-, por lo que ya habrá 11 zonas de las cuencas internas en esta situación, que acumularán 26 comarcas y 550 municipios, con una población afectada de 6,7 millones de personas, el 87% del total de Catalunya. Barcelona, l'Hospitalet de Llobregat, Badalona, Terrassa, Sabadell, Santa Coloma de Gramanet o Mataró son algunas de las grandes ciudades que estarán en alerta por sequía desde el martes.

Los ámbitos que ya estaban en situación de alerta son los Fluvià Muga -desde finales de octubre- y, previamente, Carme Capellades, la cabecera del Ter, Llobregat Mitjà, Anoia Gaià, Empordà, Banyoles, la Serralada Transversal y Prades-Llaberia.

Los embalses de las cuencas internas de Catalunya están apenas al 33% de su capacidad, apenas la mitad de nivel que tenían un año atrás, cuando llegaban al 63%. Los embalses de Susqueda y Sau, que son los mayores de las cuencas internas con una capacidad de 233 y 165 hm3, respectivamente, están al 47,6% y 18,3% de su volumen, cuando hace 12 meses estaban en el 75,7% (Susqueda) y 52% (Sau).

¿Qué medidas conlleva?

La situación de alerta es la tercera de las cinco en las que la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) clasifica el estado hídrico de los municipios catalanes, por debajo de las de excepcionalidad y, la más grave, la de emergencia, que conllevan restricciones importantes en el uso del agua. En el caso de la alerta, las medidas implican una serie de limitaciones en algunos usos como la reducción de agua para riego agrícola (25%), para usos ganaderos (10%), para usos industriales (5%), para usos recreativos que impliquen riego (30%) y otros usos recreativos (5%).

A nivel doméstico, las restricciones afectan a determinados usos urbanos, como las limitaciones en el riego de jardines y zonas verdes, la prohibición de llenado de fuentes ornamentales, la prohibición a particulares de la limpieza de calles con agua de red, las limitaciones en el llenado de piscinas, la limitación en la limpieza de vehículos, entre otros. Asimismo, se fija un máximo de 250 litros por habitante y día para el consumo global de agua. El uso de boca, por tanto, sigue garantizado.

En cuanto al resto de las cuencas internas, están en prealerta la cabecera del Llobregat, el embalse del Llobregat, el Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) y el embalse del Ter, por lo que los acuíferos del Baix Ter y el de Tarragona son los únicos de las cuencas internas que se mantendrán en situación de normalidad.

La situación hídrica de Catalunya sería más grave sin el funcionamiento de las desalinizadoras, que según la ACA trabajan "al 90% de su capacidad", lo que supone una producción media desde enero de 5,4 hm3 al mes. Entre febrero y octubre habían aportado un volumen superior a 47 hm3 de agua nueva, sin la cual las reservas de los embalses estarían claramente por debajo del 30%.