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La granja de los horrores Descubierta una banda criminal en Praga que despiezaba y cocinaba tigres para venderlos 

Un grupo organizado de delincuentes de procedencia checa y vietnamita mataban ilegalmente a los felinos para comerciar con ellos en el mercado de la medicina tradicional china. El valor de su piel puede llegar hasta los 4.000 euros.

Imagen de la granja difundida por las autoridades checas

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Tres miembros de una banda criminal de la República Checa han sido detenidos por despiezar, cocinar y disecar tigres para venderlos por piezas. Según The Guardian, esta redada de la policía checa, junto a los inspectores ambientales y las autoridades aduaneras, ha destapado una granja ilegal de felinos que eran masacrados antes de que los disecaran o los convirtieran en cubos de caldo. De este modo, han disuelto este grupo organizado de delincuentes de procedencia checa y vietnamita que mataron ilegalmente a los animales para comerciar con ellos en el mercado de la medicina tradicional china.

Y es que por la piel de tigre se pueden ganar entre 2.000 y 4.000 euros, 100 por las garras y, por los huesos convertidos en cubo, hasta 60 euros el gramo. Cuando llegaron a la granja de Praga, los agentes encontraron un tigre recién asesinado, un congelador lleno de restos podridos de otro ejemplar, una olla con carnes y huesos y, además, un conjunto de pieles.

La tasa de mortalidad de los tigres en las instalaciones privadas era alta, morían antes de llegar a los cinco años, mientras que en los zoológicos y en la naturaleza podían vivir hasta 20 años

Aunque el control de transporte de estos animales por las fronteras es muy alto, los inspectores descubrieron que el papeleo en República Checa "era un desastre". Según los informes, los tigres desaparecían por completo o no llegaban a registrarse sus muertes. La tasa de mortalidad de los tigres en las instalaciones privadas era sorprendentemente alta, morían antes de llegar a los cinco años, mientras que en los zoológicos y en la naturaleza podían vivir hasta 20 años.

Fue en 2013 cuando los investigadores descubrieron esta granja ilegal al encontrar huesos de tigre en el vehículo de un ciudadano vietnamita. A partir de ahí, dieron con una familia dedicada al mundo del circo que criaba tigres y leones y que, a su vez, estaba relacionado con un taxidermista que cortaba y cocinaba los tigres. Los tres detenidos han sido acusados de delitos relacionados con el comercio de especies desprotegidas y por matanza ilegal.

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