Ni limpia, ni segura, ni barata: los bulos que compra la derecha para alargar la vida de la energía nuclear
PP, Vox y UPN aprobaron la pasada semana en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley para prorrogar el uso de las centrales, reforzando así un discurso que frena la transición ecológica.
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Madrid-
El avance hacia una transición energética justa, limpia y soberana encuentra con frecuencia su obstáculo en los grupos de presión que apuestan por modelos caducos e insostenibles. Entre ellos, las falacias del lobby de las nucleares han calado con más fuerza en la opinión pública y la política. Tanto es así que PP, Vox y UPN han aprobado este miércoles en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley (PNL) para alargar la vida de las centrales.
Esta PNL, que no tiene un carácter vinculante, "menosprecia el incremento de riesgo de operar con sistemas envejecidos", denuncia Ecologistas en Acción en un comunicado publicado este viernes. Las centrales en España tienen previsto cerrar de manera escalonada entre 2027 y 2035, pero la derecha trata de impedirlo.
Mario Rodríguez Vargas, director asociado de Transición Justa y Alianzas Globales en la fundación ecologista ECODES, explica a Público que este debate es un "culebrón" que tiene lugar de manera cíclica. En este caso, las derechas han iniciado su ofensiva pronuclear en vísperas de que la central de Almaraz, la más vieja de España y ubicada en Cáceres, comience su proceso de desmantelamiento a partir de marzo.
La ONG catalana Renovem-nos cree que "el debate que existe a nivel político sobre la prolongación de la vida de las centrales nucleares más allá de 2035 no puede ser un justificante para un nuevo retraso en el despliegue de las renovables", expresan también en un comunicado publicado este viernes.
Stephenie Cooke, experta en Energía: "La verdad rara vez ha sido amiga de la energía nuclear"
"La verdad rara vez ha sido amiga de la energía nuclear", declaraba Stephenie Cooke, editora de la compañía informativa Energy Intelligence, en el informe internacional The World Nuclear Industry de 2023.
"Se trata de un debate más cultural que técnico y que arrastra la extrema derecha", resalta Francisco del Pozo, portavoz de Energía de Greenpeace. El ecologista lamenta que se utilicen argumentos de carácter falaz para defender este modelo energético. Pero la realidad es que, como expresó la diputada socialista Isabel María Pérez en un acto sobre autoconsumo este lunes, la nuclear no es "ni limpia, ni renovable, ni barata".
No es una energía limpia
La Unión Europea incluyó la energía nuclear dentro de la Taxonomía Verde en el año 2022. Pero "una tecnología que crea unos residuos peligrosos y que deben separarse de la biosfera durante miles de años no puede considerarse limpia desde ningún punto de vista", remarca Cristina Rois, portavoz del Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) y representante ecologista en el comité asesor del Consejo de Seguridad Nuclear.
Cristina Rois, portavoz del Movimiento Ibérico Antinuclear: "Francia es un país tremendamente nuclearizado"
Tal y como explica la experta, esta clasificación de la UE tiene un carácter geopolítico en el que Francia juega un importante papel. El país galo está "tremendamente nuclearizado" con 56 centrales, más de la mitad de las que existen en todo Europa. París logró su inclusión en la Taxonomía Verde en un acuerdo con Berlín, y es que la UE también añadió a esta categoría el gas, del cual Alemania es muy dependiente.
La principal justificación para considerar verde la energía nuclear es que la fisión atómica que genera electricidad no produce emisiones de CO2 ni comporta especiales riesgos. Sin embargo, este proceso representa solo una parte de todo el ciclo.
Para lograr el uranio es necesario llevar a cabo "una minería que lo extrae y que conlleva grandes movimientos de tierras", indica Rois. La portavoz del MIA añade que este mineral debe ser tratado, enriquecido con isótopos, combinarlo con flúor, gas, solidificarlo con óxido de uranio y, en general, pasar por un proceso complejo hasta lograr el "combustible" final. Después, el material debe trasladarse a las centrales, de manera que contamina en su transporte. Además, según señala Rodríguez Vargas, la refrigeración de las centrales también afecta a los ríos.
No es una energía segura
Se decía que el trágico accidente de Chernóbil (Ucrania) en 1986 fue un caso aislado, pero el desastre de Fukushima (Japón) en 2011 hizo saltar de nuevo las alarmas. La comunidad internacional obligó a reforzar las medidas de seguridad nuclear. Y aunque la fisión atómica no supone un grave peligro, la gestión de los residuos es el gran elefante en la habitación.
La nuclear "tiene muchos riesgos por los cuales tendríamos que cuestionar si realmente es una tecnología que queremos en nuestro modelo energético", destaca a este medio Josep Nualart, investigador en Energía y Clima del Observatori del Deute en la Globalització (ODG). "No es solo la radiación en el aire, como se ha producido en algunos accidentes; es también la contaminación en el agua y en el suelo".
Los residuos nucleares pueden permanecer activos hasta 10.000 años después de su uso
El experto subraya que los residuos pueden continuar activos "más de 10.000 años después de haber sido utilizados". No existe una gestión de estos materiales "verdaderamente viable, segura y que jamás haya dado ningún tipo de problema".
"La sombra de las nucleares es muy larga", advierte Rois en referencia a la cantidad de milenios que perduran sus residuos. En este sentido, Nualart remarca: "En la escala temporal en la que estamos, no podemos calibrar realmente el impacto que pueden llegar a generar".
No es una energía barata
"La energía nuclear no es competitiva en el mercado", define Rois. Todos los expertos coinciden en esta idea. Tal y como enfatizan desde Renovem-nos, las centrales producen "a más de 60 euros por megavatio (MWh) cuando la solar ya lo hace a 30 euros con una tendencia a la baja año tras año".
Cristina Rois: "La energía nuclear no es competitiva en el mercado"
Las renovables no tienen "gasto de combustible", explica Rois, "porque sus combustibles son el viento y el sol". Por este motivo, Del Pozo también remarca que "las nucleares no pueden competir" con este modelo. Además, las centrales implican "gastos hundidos muy importantes" y la gestión de los residuos y el mantenimiento de las infraestructuras acarrean costes que suponen una clara desventaja frente a las alternativas ecológicas.
En este contexto, comienza la cuenta atrás para el inicio del fin de las centrales nucleares en España. Almaraz pasará su punto de no retorno en el primer trimestre de 2025. Si para entonces no ha contratado personal de control de sala o comprado combustible, dará comienzo su enfriamiento progresivo hasta parar por completo uno de sus reactores en 2027 y el otro en 2028, siguiendo el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima del Gobierno. "Es necesario un cierre ordenado pero urgente de la potencia nuclear", concluyen desde el Movimiento Ibérico Antinuclear.
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