Primer día del pulso que mantendrá el sector del metal de Bizkaia con la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM). Todo el sindicalismo vasco –ELA, CCOO, LAB y UGT–, tradicionalmente dividido, ha unido fuerzas en esta ocasión con miras a conseguir un convenio colectivo que recoja un aumento salarial del IPC+1%.

En total son 52.000 los trabajadores convocados en esta primera jornada de huelga de las tres previstas para los próximos días 30 de junio y 1 de julio. El objetivo no es otro que trasladar a los salarios la subida del IPC, una reivindicación que la patronal por el momento no está dispuesta a negociar.

Los convocantes cifran en un 80-85% el seguimiento de la huelga, frente al 28% que estima la patronal. En cuanto a la manifestación, fuentes oficiales hablan de 8.000 personas las que han secundado el paro, dato que contrasta con el que ofrecen los sindicatos, que calculan un seguimiento de 15.000. 

El pulso no ha acabado. La mesa intersindical presentó el pasado 3 de junio un calendario de huelgas y un documento provisto de 17 puntos que desean incluir en el próximo convenio colectivo. El principal escollo de la negociación es el incremento salarial. La propuesta de la patronal es subir los sueldos un 2% hasta 2024 –muy por debajo del IPC interanual, del 6,5%– o un 2,5%, un año más de convenio y "flexibilidad" laboral en los trabajadores.

Además, los sindicatos proponen blindar la garantía salarial, reducir en ocho horas la jornada laboral anual, limitar los contratos por ETT a tres meses, abordar de una vez medidas concretas en favor de la igualdad de género, introducir al colectivo LGTBI en el protocolo de acoso, realizar un mapa del amianto, subrogar a los trabajadores de las subcontratas cuando la empresa principal quiera prescindir de la empresa subcontratante e introducir el derecho a los cuidados de hijos menores de 12 años y de personas dependientes.