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Dandis vs. artistas

Una exposición en el Centro Galego de Arte Contemporáneo de Santiago analiza la vigencia del dandismo en la sociedad

GUILLAUME FOURMONT

Más guapo que él, imposible. Más refinado que él, imposible. Muchos intentaron imitarle, pero el inglés George Bryan Beau -bello en francés, supuesta lengua de la sensualidad- Brummell (1778-1840) fue el primer y el único dandi de la historia. Es la opinión de Sergio Rubira, de RMS La Asociación, agencia de creación cultural que organiza en el Centro Galego de Arte Contemporáneo de Santiago de Compostela Sur le dandysme aujourd'hui. Del maniquí en el escaparate a la estrella mediática, una exposición que pretende evidenciar la vigencia del dandismo en el arte actual.

La muestra arranca con un dolor en el cuello: el artista italiano Piero Golia abandonó en la entrada del museo una guillotina, de las de verdad, que cortaban cabezas en Francia hasta 1981. 'El dandismo empezó con la Revolución Francesa, en una época de transición, cuando la democracia no es aún todopoderosa, cuando la aristocracia sólo está parcialmente insegura y degradada como decía Charles Baudelaire', explica Rubira. Citas de este tipo existen muchas, aunque Oscar Wilde suele ser más recordado que el poeta francés. La irreverencia del británico define más al dandi que el spleen de Baudelaire.

Más de 190 obras de 35 artistas internacionales se articulan a través de estas tres figuras: Brummell, Baudelaire y Wilde. Cerca de la guillotina, un juego de té rosa Madame de Pompadour de la estadounidense Cindy Sherman y un neón de Tracey Emin ilustran esta narración: desde el fin de un régimen y de la necesidad de afirmarse como persona -Brummell- hasta la sociedad de consumo, donde reina la publicidad, el glamour y las estrellas -Wilde-.

Por cierto, ¿qué es un dandi en la actualidad? Sergio Rubira ya contestó a la pregunta: no queda ninguno, aunque la exposición deja pistas. Mientras fotografías retratan a adolescentes pálidos con cara de eternos guapos, el espectador puede ver también imágenes del cantante de Nirvana Kurt Cobain, obras de Jeff Koons y retratos de Andy Warhol participando en un episodio de la serie Vacaciones en el mar, símbolo del glamour más kitsch de los años ochenta. Warhol, que falleció a los 58 años en 1987, era la persona más bella del momento.

¿Y el dandismo? 'Es muy difícil definir el dandismo, casi imposible', aclara Rubira, 'y creo además que ya no existe. La exposición ayuda a entender cómo los artistas utilizan estrategias de un dandi para realizar una obra de arte'. Algunas personas pensarán en David Beckam, futbolista mundialmente conocido por ser casi un icono de la moda y supuesto modelo de la masculinidad.

Taylor-Wood lo filmó mientras dormía, aunque el vídeo no está en Santiago, sino en la exposición Lágrimas de Eros, en la Fundación Caja Madrid. 'Para ser un dandi, se necesita algo más, se necesita una actitud', insiste Rubira. Hasta la figura de Wilde parece no responder a lo que era un dandi, cuando el autor británico escribió: 'He puesto todo mi genio en mi vida, en mi obra sólo he puesto mi talento'.

El dandismo se entiende entonces como una voluntad de ruptura, como cuando Marcel Duchamp convirtió un urinario en obra de arte, con la técnica del ready-made; es decir lo ya hecho, la apropiación de un objeto por un artista. Duchamp era un 'gran dandi', según André Breton, aunque la exposición de Santiago dedica un piso entero al mundo de Baudelaire. Su melancolía ilustraba la decadencia de una época, como si las palabras del poeta fueran el reflejo de la sociedad actual. ¿Era Baudelaire, un francés no muy guapo, el último dandi?

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