‘Vergüenza’, la serie que viene a reinventar la comedia como género

Jesús (Javier Gutiérrez) es fotógrafo de bodas. Nuria (Malena Alterio) está en paro. Ambos forman la singular pareja protagonista de Vergüenza, una comedia incómoda que promete reinventar un género muy prolífico en España en el que no se había hecho nada similar antes. Desde su planteamiento hasta su formato, Vergüenza es distinta a lo que está acostumbrado el espectador nacional. Una primera temporada compuesta por 10 episodios de 30 minutos de duración que estará disponible completa en el servicio bajo demanda de Movistar+ desde el día de su estreno, el 24 de noviembre.

Un formato, el de los 30 minutos por capítulo, muy americano que le sienta de maravilla al género. Como dice Javier Gutiérrez, las comedias de 70 minutos estiran demasiado las tramas y situaciones y eso “acaba degradando al final el producto”. No es el caso de Vergüenza, proyecto que estuvo guardado ocho años en un cajón esperando a que el público y una cadena, en este caso Movistar+ en colaboración con Apache, estuviese preparada para darle una oportunidad a un tipo de humor incómodo, incorrecto y diferente.

Esta es la primera comedia de Movistar+ en ver la luz tras los estrenos de Velvet Colección y La Zona y llega con ese aura característico de las producciones de grandes expectativas y mucho interés seriéfilo. Por un lado, por su equipo creativo. Cuenta con Álvaro Fernández-Armero y Juan Cavestany como creadores, guionistas y también ejerciendo las labores de dirección. Por otro, por un reparto amplio y sólido que tiene como cabezas más visibles a Javier Gutiérrez y Malena Alterio, dos pesos pesados de la televisión y el cine que están arropados por nombres como Miguel Rellán y Lola Casamayor.

Personajes inusuales en torno a la dinámica de pareja

Gutiérrez explota aquí su lado más cómico dando vida a Jesús Gutiérrez, “un tipo que no deja de meterse en charcos, uno detrás de otro a cada cual más gordo y más sucio”. Un hombre al que su círculo más cercano ha ido haciendo el vacío sin que él sea consciente de su situación. La descripción que mejore le define es la de fotógrafo de bodas de profesión con aspiraciones artísticas y un bochornoso talento natural para meterse en las situaciones más vergonzosas, de esas que generan incomodidad y vergüenza ajena. Jesús está casado con Nuria (Malena Alterio). Ella, como ha reconocido la actriz que le da vida, se confiesa enamorada de su marido y, para su desgracia e infelicidad, sí que es consciente de todo lo que le rodea. La acaban de despedir de la tienda de moquetas en la que trabajaba y quiere ser madre a toda costa.

Aunque no muchos, este matrimonio sigue teniendo algunos amigos/conocidos con los que protagonizarán esas situaciones tan fácilmente reconocibles de bochorno, vergüenza e incomodidad. Gutiérrez, el actor, no el personaje, se muestra convencido de que todo el mundo tiene a un Jesús en su familia o conoce a alguno de primera mano. Tratándose de una comedia en la que la dinámica de pareja es primordial, la de Jesús y Nuria no es la única.

Ahí estará Vito Sanz como Óscar, el cámara que mantiene una relación romántica con una mujer mayor a la que da vida Ana Goya. La otra pareja cercana la forman Ángeles Páez y Malcom T. Sitte. Ella es compañera de trabajo de Nuria y él, otro alumno de la clase de inglés a la que acuden los protagonistas. La diferencia de edad y racial en estas parejas será una temática que dará mucho juego dada la personalidad de Jesús.

Aún hay más. Miguel Rellán y Lola Casamayor interpretan a los padres de Nuria y Resu Morales y Enric Benavent serán los de Jesús. Y, por último, Francisco Reyes y Estrella Olariaga como los sufridos vecinos del tándem principal. Estos son los recurrentes, porque en Vergüenza se tirará mucho también de personajes episódicos. De hecho, según informaba el equipo en una visita al rodaje, se han contabilizado hasta 90 en su primera temporada.

Los números tienen mucha importancia en Vergüenza y dan una idea de la magnitud y personalidad propia de la ficción de Fernández-Armero y Cavestany. Una primera temporada de solo 10 episodios que se podrá ver del tirón desde el primer momento. Cuenta con hasta 90 personajes con dos principales que se reparten el protagonismo. Y más de 60 localizaciones de Madrid y alrededores. Exteriores e interiores que aportan dinamismo a una serie que se basa en la solidez de sus personajes, la originalidad del tono utilizado y las situaciones fácilmente reconocibles que plantea en unos “guiones atípicos” con la base real de que todo el mundo ha sentido alguna vez vergüenza ajena.