El déficit consolidado de las Administraciones Públicas, sin las corporaciones locales, se situó al cierre de abril en 21.910 millones de euros, equivalentes al 1,81% del Producto Interior Bruto (PIB), tras reducirse un 23,4% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior en el que ya se notaban los efectos de la pandemia.  

De acuerdo con los datos publicados este miércoles por el Ministerio de Hacienda, la mayor parte de ese déficit es imputable al Estado, con un desequilibrio de 16.058 millones, equivalentes al 1,33% del PIB, cuando un año antes alcanzaba el 1,77% del PIB. 

El déficit del Estado se sitúa en mayo en el 2,53% del PIB y se reduce un 6,3% respecto al mismo periodo del año anterior observándose los efectos de la reactivación económica que podría verse influenciada por el avance de la vacunación. 

Los Fondos de Seguridad Social registraron hasta abril un déficit del 0,17% del PIB, con una caída del 73,9% respecto al mismo periodo de 2020.

Las comunidades autónomas registraron un déficit hasta abril de 3.161 millones, lo que equivale al 0,26% del PIB, frente al 0,05% de un año antes, debido a un incremento de los gastos del 4,2%, mientras que los ingresos se mantuvieron estables. La comunidad con más déficit es la Comunidad de Madrid con un 0,82% del PIB, en cambio, la más afectada por el Covid es Castilla La Mancha con un 0,35% del PIB.

El turismo, el gran afectado por la pandemia

Según el informe elaborado por la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo el turismo es uno de los sectores más afectados
por la pandemia a nivel global, disminuyendo un 84% las llegadas de turistas internacionales entre marzo y diciembre de 2020, en comparación con 2019. Aseguran que las perdidas económicas asociadas al turismo podrían oscilar entre 1,7 y 2,4 trillones de dólares en 2021.

Según el informe se calcula que el turismo es una fuente de ingresos imprescindible para muchos países, llegando al 50% en algunos países en desarrollo como Maldivas o Santa Lucía. Según sus estimaciones más de 120 millones de puestos de empleo directos del sector turístico están en peligro, siendo este uno de los sectores con más contratación de población jóven.