Las negociaciones para adecuar la cotización de los autónomos a sus ingresos reales está entrando en su última fase, tanto por lo avanzado de los trabajos que vienen desarrollando el Ministerio de Inclusión y los representantes de las principales asociaciones de trabajadores por cuenta propia como por el compromiso adquirido por el Gobierno español ante la Comisión Europea para poner en marcha el nuevo sistema antes de que acabe este mes, lo que reduce el margen temporal de maniobra a las tres semanas que quedan hasta el martes 28 de junio, última fecha del trimestre en la que está prevista una reunión del Consejo de Ministros.

El programa de reformas (ver PDF) comprometido por el Gobierno de PSOE y UP con Bruselas, al cuyo cumplimiento está supeditada la entrega de los fondos Next Generation, incluye en su página 313 el compromiso de que al acabar el segundo trimestre de este año la legislación incluirá una "reforma del sistema de cotización a la Seguridad Social para autónomos que desplace progresivamente" en formato actual a otro "basado en los ingresos" reales de estos.

La propuesta y lo ajustado de los tiempos apuntan, pese a que esta reforma ya estuvo la pasada legislatura sobre la mesa de la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Magdalena Valerio, al frecuente formato de la aprobación de las nuevas normas mediante un decreto del Consejo de Ministros que posteriormente puede pasar a ser tramitado como ley tras el debate para su convalidación en el Congreso.

La última tabla con la que están trabajando contempla aplicar cuotas mensuales de 250 a 270 euros mensuales a los autónomos cuyos ingresos no alcancen el SMI (Salario Mínimo Interprofesional) (1.125 euros brutos mensuales), cuyas bases pasarían a ser de 816 a 882 euros mensuales; aportaciones de 290 a 294 para quienes ganan entre esa cantidad y 1.700 euros, cuyas bases irían de 947 a 960 euros, y, a partir de ahí, una escala de cotizaciones de 400 a 550 euros para bases de 1.307 a 1.797.

En todos los casos se mantiene el gravamen del 30,6% de la base, que resulta superior a los ingresos en los tramos bajos para abrir una brecha creciente a partir del SMI, un 15,7% inferior en cuanto se rebasa esa cota pero cercana a la mitad (44,38%) en los más elevados.

Durante la negociación han ido subiendo las cuotas de los autónomos con menos ingresos, que inicialmente iban a ser de 90 euros mensuales y han ido bajando las de los que más ganan, que iban a llegar a 1.220 en nueve años.

Rebajas para más del 60% de los autónomos

Descartada la progresividad pura, que consistiría en articular un sistema con el que a fin de año (o el siguiente al liquidar el IRPF) las cotizaciones alcanzaran el 30,6% de los ingresos profesionales netos de los autónomos, que siempre sería un porcentaje claramente inferior al 36,25% del salario que aportan en el Régimen General empresarios (29,9%) y trabajadores (6,35%), el último planteamiento del Ministerio de Inclusión propone revisar las bases y las cuotas dentro de tres años para ir alineando las primeras a los ingresos reales.

En cualquier caso, y con las cotizaciones medias de cada grupo en la actualidad, la última propuesta de Inclusión conlleva una notable rebaja de las cuotas para algo más de 60% de los autónomos (1,87 millones), reduce en menor medida las de uno de cada seis (casi 550.000) y encarece las de la cuarta parte del colectivo (753.000), aunque no tanto como parece a primera vista, ya que ese aumento de las aportaciones al sistema público de previsión social entraña como ’efecto secundario’ un incremento de la misma magnitud en las deducciones en el Impuesto de la Renta.

Esas nuevas deducciones (ver PDF) para los autónomos que más ganan en la base imponible del "rendimiento íntegro del trabajo" en el IRPF, en el que las cotizaciones sociales se restan o deducen para llegar al rendimiento neto, sumarían al cabo del año 678,26 millones de euros según los datos que maneja el Ministerio de Inclusión. Es decir, que recuperarían a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas una parte del desembolso que les supondrá la subida de las cuotas sociales.

Los que gastan los ahorros tras cerrar y los que aportan el 11%
La reforma, que conlleva la desaparición del fallido sistema de la tarifa plana instaurado en 2014 para quienes se establecen como autónomos en los dos primeros años de actividad, y que en la práctica se reveló como un costoso anzuelo con cargo al erario para la contratación fraudulenta de falsos autónomos, contempla cuotas de hasta 270 euros para quienes ganan menos del SMI, que en la práctica no están obligados a darse de alta como autónomos por los bajos rendimientos de sus negocios.

Entonces, ¿para quién se han previsto esos tramos de cotización? Entre otros, para los alrededor de 120.000 autónomos que tras haber alcanzado la edad de jubilación y haber cerrado o traspasado sus negocios siguen cotizando, a base de ahorros, para poder alcanzar una pensión digna con la que pasar los últimos años de sus vidas.

Un estudio de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos) cifra en 422 euros la brecha que al cierre del año pasado separaba las pensiones medias de jubilación del régimen de autónomos (792) y las del general (1.335).
En el extremo contrario se sitúan los autónomos de mayores ingresos, que disponen de un margen de ganancias suficiente como para mantener planes de ahorro o de pensiones privados: a quienes superan el umbral máximo de cotización de 4.050 euros mensuales la cuota media (461 euros) les supone un 11,38% de los ingresos, y al tramo inmediatamente inferior entre porcentaje y un 10,2%, mientras que la actual aportación mínima de 289 euros se dispara al 28% de quien ingresa el SMI para ganar peso conforme mengua la renta.

"A mayor cotización, mayor deducción en el IRPF"

Las tres principales asociaciones de autónomos, UPTA, ATA y UATAE, están convocados para las diez de la mañana del próximo lunes en la sede del Ministerio de Inclusión, donde todo apunta a que el proceso de acercamiento concluirá tras haber incorporado al sistema de previsión social de los trabajadores por cuenta propia otros aspectos como los tipos de cese de actividad o el apoyo a los miembros del colectivo cuyos hijos sufren enfermedades graves.

"El Gobierno tiene ya suficiente apoyo como para poder sacarlo adelante", explica Eduardo Abad, secretario general de UPTA, quien, tras recordar cómo "a mayor cotización mayor deducción en el IRPF", reclamó a los grupos parlamentarios que "no incluyan este asunto en el juego político cuando supere el filtro de los agentes sociales, porque se trata de algo importante para más de dos millones de autónomos. Deben aplicar sensatez y dejar de lado los intereses políticos para centrarse en los intereses de los autónomos".

"Los tramos que el Gobierno ha propuesto son perfectamente asumibles y harán que 2,4 millones de autónomos bajen su esfuerzo contributivo entre 400 y 1.050 euros al año y apenas supondrá un ascenso de la cotización para los que tienen ingresos más altos, puesto que las medias de las cotizaciones que pagan ahora apenas suponen una diferencia del 20%", añadió.

Por su parte, UATAE insistió en reclamar a Inclusión "un mayor esfuerzo para bajar las cuotas de los tramos con menores ingresos" para "que no sean éstos los que financien el sistema". "Alguien que gane 400 euros al mes paga de cuota más del 60%, mientras que en el tramo alto el esfuerzo no llega al 15% de sus ingresos", señalaron fuentes de la organización.

Por último, ATA mantiene su oposición a la reforma del sistema de cotización de los autónomos. Su presidente, Lorenzo Amor, calificó de "inaceptable" la propuesta "con la que está cayendo en este país y la que va a caer", informa Europa Press, mientras aseguraba, en alusión a los profesionales que más ganan, que "subir la cotizaciones entre un 33% y un 90% a prácticamente un millón de autónomos es algo que no podemos aceptar".