Europa busca volver a la mesa de negociación de la guerra de Ucrania al lanzar un plan de paz alternativo al de Trump
Las dos potencias nucleares del continente se dicen dispuestas a enviar tropas de paz, una iniciativa que Rusia rechaza y tilda de "incitación" a la guerra.

María G. Zornoza
Bruselas--Actualizado a
Una veintena de líderes se han dado cita este domingo en Londres para dar respuesta a la delicada situación que atraviesa Ucrania. Apenas 48 horas después de la tensa y desastrosa reunión entre Volodimir Zelenski y Donald Trump en la Casa Blanca, Europa se apremia a respaldar al presidente ucraniano. Londres, París y "otros países" que no han trascendido anuncian que propondrán un nuevo acuerdo para poner fin al conflicto. Avisan de que entretanto redoblarán el apoyo militar a Ucrania para que llegue "lo más fuerte posible" a esa futura mesa de negociación.
Una decena de mandatarios europeos, entre los que se encuentran Olaf Scholz, Pedro Sánchez, Emmanuel Macron o Giorgia Meloni, han protagonizado junto a representantes de Canadá, Turquía, la OTAN y la UE una cumbre de emergencia para debatir sobre el futuro de Ucrania y de la seguridad europea. El anfitrión, Keir Starmer, ha asegurado que Europa se enfrenta a uno de los momentos más "cruciales" para la seguridad del continente y ha definido el contexto actual como una "encrucijada de la historia".
Del encuentro ha salido una hoja de ruta de cuatro puntos. En primer lugar, los presentes redoblarán el apoyo militar a Ucrania y mantendrán la presión económica sobre Rusia. También dejan claro que Ucrania debe formar parte de las negociaciones de paz, tras ser esquinada por Washington y Moscú. Los aliados de Kiev se comprometen a mantener su apoyo en el futuro "para disuadir de otra invasión". Y, por último, se disponen a crear una coalición de los países que quieren garantizar el cumplimiento de un futuro acuerdo de paz. "Tenemos que aprender de los errores del pasado. No podemos aceptar un acuerdo débil como el de Minsk que Rusia pueda romper con facilidad", ha asegurado el primer ministro en la rueda de prensa posterior.
Las garantías de seguridad que reclaman Ucrania y sus aliados son una de las grandes cuestiones sin resolver en la ofensiva negociadora que ha tomado impulso tras el aterrizaje de Donald Trump a la Casa Blanca. El republicano busca colgarse la medalla de la paz y no ha dado señales de que le importe demasiado cuáles deban ser los términos que guíen el cese de las hostilidades. Para Kiev y Bruselas establecer un escudo para evitar que Vladimir Putin vuelva a atacar es una condición irrenunciable. Una de las ideas que está tomando cada vez más impulso para garantizar y supervisar la paz es el envío de una misión militar. Starmer y Macron se han mostrado dispuestos a poner sus tropas sobre el terreno. Trump ha señalado en alguna ocasión que Putin estaría dispuesto a aceptar esta condición, aunque desde el Kremlin siempre lo han negado.
Este domingo, el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, se ha mostrado radicalmente opuesto. "Macron y Starmer llevan tiempo dando vueltas a ideas como el entrenamiento de miles de pacificadores [pero] este plan de poner fuerzas de paz en Ucrania no es más que una nueva incitación del régimen de Kiev a la guerra contra nosotros", ha afirmado ante los medios rusos.
El líder laborista ha afirmado "que Europa debe hacer el trabajo pesado", pero ha reconocido que "necesita el apoyo de EEUU". Presentar un plan alternativo es la receta que han buscado en Europa para lograr sillones en la mesa de negociación para Ucrania y para la UE. Pero está por ver cuál será la acogida de un Donald Trump que en menos de dos meses con las riendas del país más poderoso del mundo no le ha temblado el pulso para cargar contra sus "aliados" de la OTAN y la UE.
Nuevos desafíos, misma desunión
El problema de todo ello es que, de nuevo, el bloque comunitario enfrenta uno de sus grandes retos de los últimos años dividido. Giorgia Meloni intenta tejer un equilibrismo casi imposible que camina entre su buena relación con Trump y Elon Musk y topa con la férrea defensa que ha hecho siempre de Ucrania. La líder ultraderechista propone celebrar una cumbre transatlántica entre la UE y EEUU para encauzar las relaciones. Los países del Este, tradicionalmente más pronorteamericanos, lo verían con buenos ojos. Después están los países neutrales como Austria o Irlanda. También los que si bien apoyan sin fisuras a Ucrania su situación geográfica les hace más sensible a otras amenazas procedentes del flanco sur, como es el caso de España.
Y el que más lejos va en contra del consenso general comunitario es Hungría, que se ha alineado con Trump en todas sus decisiones desde Gaza hasta Kiev. Víktor Orbán ya calienta la cumbre de emergencia que los 27 líderes de Estado y de Gobierno celebrarán el próximo jueves en Bruselas. En una misiva enviada a António Costa, presidente del Consejo Europeo, advierte de que vetará las conclusiones en caso de que la UE no se comprometa a entrar en negociaciones "directas con Rusia".
La UE busca así y a contrarreloj su lugar en el agitado tablero de ajedrez mundial. Lo hace en una situación de debilidad tras haber apoyado a Ucrania durante tres años sin una estrategia clara a más largo plazo. El mantra de ayudar a Kiev "el tiempo que haga falta" y de resolver la guerra en el campo de batalla ha saltado por los aires con la abrupta llegada de Trump. Además, durante estos años, la UE y los EEUU de Joe Biden han entregado material bélico de forma gradual y en ningún momento han planteado la opción de que Ucrania forme parte de la Alianza Atlántica. Trump y Putin unen sus fuerzas para repartirse el pastel, mientras Bruselas y Kiev parten de una posición de debilidad.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.