Agresión racista de un policía de EEUU que llegó a amenazar con su arma a varios menores

MADRID.- Esta vez ha sido en la localidad de McKinney, en Dallas, Texas. Una vez más un agente estadounidense blanco ha protagonizado un nuevo caso de abuso policial. El cabo Eric Casebolt ha sido suspendido temporalmente de empleo y sueldo tras amenazar con su pistola a un grupo de adolescentes negros y tirar e inmovilizar de forma violenta contra el suelo a una chica de 15 años, según el diario Dallas News.

El caso está bajo investigación para determinar si la actuación del oficial tiene motivaciones racistas. La Policía de McKinney no tomó ninguna medida contra el agente hasta el domingo, cuando las imágenes del suceso, ocurrido el viernes, ya había inundado internet. El vídeo, subido a Youtube, se acerca a los cuatro millones de reproducciones.

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El altercado, según el citado periódico, se saldó con un detenido. Las circunstancias de cómo se inició no están del todo claras. El diario asegura que la Policía recibió una llamada desde el barrio de Craig Ranch, donde un grupo de jóvenes celebraba una fiesta de cumpleaños en una piscina, alertando de que había una pelea. Otra versión dice que algunos de los menores habían saltado la valla para colarse en el recinto de la piscina. Acudieron nada menos que doce agentes.  

En el vídeo se puede ver cómo el cabo Casebolt lanza varios gritos y obliga a unos cuantos chicos, a los que llega a esposar, a sentarse en el suelo. Es entonces cuando agarra por el cuello a una adolescente, a la que termina inmovilizando de forma violenta mientras ella no para de gritar:"¡Llamad a mi madre!". Inmediatamente después, y ante el revuelo causado por su actuación, el agente saca la pistola y amedrenta con ella a un par de jóvenes.  

El jefe de Policía de la localidad, Greg Conley, ha admitido que "han surgido algunas preocupaciones por la conducta de unos de los oficiales en el lugar de los hechos". El policía suspendido seguirá de baja administrativa hasta que concluyan las indagaciones. Todos los menores detenidos, incluida la joven agredida, fueron entregados a sus padres, tutores o a un adulto.