'The Atlantic' revela los mensajes del chat sobre el ataque en Yemen después de que Trump negara que fuera información clasificada
El nuevo artículo detalla los tiempos de la ofensiva estadounidense contra objetivos hutíes el 15 de marzo. La Casa Blanca, sin embargo, insiste en que no se compartió información clasificada.
Elon Musk forma parte del equipo que investiga qué pasó con la filtración al periodista.

La revista The Atlantic ha revelado este miércoles nuevos mensajes enviados por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, a altos funcionarios en un grupo de la aplicación de mensajería Signal, donde el Gobierno de Donald Trump valoraba atacar Yemen.
Jeffrey Goldberg, editor jefe de The Atlantic, ha publicado este miércoles que Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, le confirmó que la información compartida en el grupo de Signal, al que él tuvo acceso por error, no es clasificada, aunque ha manifestado que no les gustaría que dicha información se hiciera pública.
No obstante, The Atlantic ha publicado los mensajes exactos enviados por Hegseth, en los que detalla los tiempos del ataque contra objetivos hutíes en Yemen el 15 de marzo, antes de su ejecución. "El tiempo es favorable. Acabo de confirmar con Centcom que vamos con el lanzamiento de la misión", señala Hegseth a los 18 miembros del grupo, entre los que se encontraban el secretario de Estado, Marco Rubio, y el director de la CIA, John Ratcliffe.
Con detalles precisos de los tiempos, Hegseth informa en los mensajes: "F-18s han sido lanzados" o "comienza la ventana de ataque de los F-18", así como "lanzado el ataque con drones". Según Goldberg, esta información, de haber caído en manos de adversarios de Estados Unidos, podría haber puesto en riesgo la misión. En un momento, Hegseth detalla el tiempo "1415" y señala: "los drones están sobre el objetivo", añadiendo en mayúsculas: "este es el momento en que las primeras bombas van a caer sin duda".
Niegan que la información filtrada sea clasificada
Este martes, la directora nacional de Inteligencia, Tulsi Gabbard, y el director de la CIA afirmaron en una audiencia en el Senado que no consideraban la información compartida en ese chat como no clasificada, lo cual también fue reiterado por Hegseth, quien ha negado haber compartido "planes de guerra".
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha insistido este miércoles una vez más en que en ningún momento compartió información clasificada ni planes de guerra en el chat de la red social Signal. "Nadie escribió mensajes con planes de guerra", ha aseverado Hegseth ante la prensa estadounidense.
Estas declaraciones del jefe del Pentágono, en las que una vez más resta importancia a los hechos, contrastan con las del secretario de Estado, Marco Rubio, quien durante una visita a Jamaica ha reconocido que "obviamente alguien cometió un gran error" al incluir al periodista Jeffrey Goldberg en el grupo, donde asegura que él apenas intervino.
Leavitt ha reaccionado este miércoles al nuevo artículo de Goldberg y ha afirmado en X (antes Twitter) que "The Atlantic lo ha reconocido: estos no eran planes de guerra. Esta historia es otro bulo escrito por un hater de Trump, conocido por sus giros sensacionalistas".
Leavitt también ha confirmado que Elon Musk forma parte del equipo que investigará qué pasó para que el consejero de Seguridad Nacional, Michael Waltz, incluyera por error a Goldberg dentro del chat. "Sobre quién está liderando la investigación están: el Consejo de Seguridad, la Casa Blanca y el equipo de Elon Musk. Elon Musk se ha ofrecido para poner sus expertos técnicos para descubrir como este número de teléfono fue añadido de forma inadvertida al chat y asegurarnos de que esto no vuelva a pasar nunca más", ha afirmado Leavitt.
Goldberg, director de la revista, y su compañero Shane Harris han explicado que cunado el lunes hicieron pública parte de la conversación decidieron omitir detalles concretos sobre los ataques en aras de preservar la seguridad nacional, ya que entendían que podían poner en peligro a las Fuerzas Armadas estadounidenses.
Sin embargo, las sucesivas declaraciones de algunos de los integrantes de la conversación, entre ellos el propio Hegseth, y mandos de los servicios de Inteligencia, han llevado a la revista a cambiar de idea y asumir que hay "un claro interés público" en exponer toda la conversación en un canal que resultó no ser seguro.
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