Este artículo se publicó hace 9 años.
Luz verde en el Congreso a las dos primeras leyes del año
La Cámara baja reformará mínimamente la ley electoral para evitar que unas posibles terceras elecciones se celebren el día de Navidad, una decisión que nació en Moncloa en agosto para presionar al PSOE

MADRID.- El pleno del Congreso de los Diputados aprobará entre este martes y el jueves próximo las dos primeras leyes desde hace más de un año, un periodo extraordinariamente largo que solo se explica por la atípica situación que atraviesa la política española desde las elecciones del pasado 20 de diciembre de 2015.
En la pasada XI Legislatura la actividad legislativa fue nula, tanto por su corta duración –desde mediados de enero hasta finales de abril– como por el bloqueo que desde el Gobierno en funciones impuso a cualquier tramitación legislativa, para la que se requieren informes del Ejecutivo.
Los intentos del presidente de la Cámara baja en esa legislatura, el socialista Patxi López y la mayoría de los grupos de la oposición por normalizar el trabajo parlamentario tropezaron con el obstruccionismo del grupo parlamentario popular en esta cámara, apoyados por su mayoría absoluta en el Senado, con todo tipo de apelaciones a los trámites reglamentarios más rígidos.
En la actual XII Legislatura el camino seguido ha sido el mismo, incluso más lento ya que desde su constitución, el pasado 19 de julio, lleva acumulado un “retraso” de tres semanas respecto al ritmo que se imprimió en la anterior legislatura a la actividad parlamentaria. En esta ocasión la presidencia de la Cámara baja está en manos de la popular Ana Pastor, quien se ha mostrado extremadamente reglamentista a la hora de impulsar el trabajo parlamentario.
La sensación de parálisis en ambas cámaras se ha visto acrecentada por la negativa del Gobierno en funciones de someterse al control parlamentario
Junto a la inactividad legislativa reflejada tanto en la anterior legislatura como en la actual la sensación de parálisis en ambas cámaras se ha visto acrecentada por la negativa del Gobierno en funciones de someterse al control parlamentario de unas cámaras que no le han dado su confianza. Este conflicto de atribuciones se encuentra actualmente en manos del Tribunal Constitucional por iniciativa del entonces presidente López.
El caso es que, paradójicamente, las dos leyes que se alumbrarán esta semana no proceden de la oposición sino del grupo parlamentario popular quien ha tomado la iniciativa ante la incapacidad del Gobierno en funciones de remitir proyectos legislativos en esa situación. Y, en cualquier caso, las proposiciones presentadas son meras reformas muy limitadas de dos leyes orgánicas en vigor.
La más llamativa es la modificación de la ley Orgánica de Régimen Electoral General, la famosa LOREG, que data de 1985. Pero la modificación propuesta en la que prácticamente todos los grupos parlamentarios están de acuerdo se enfoca a deshacer uu entuerto que nació en La Moncloa, por decisión del propio presidente en funciones, Mariano Rajoy, con el asentimiento de la presidenta Ana Pastor, amiga personal además de correligionaria.
A mediados del pasado mes de agosto se anunció que el debate de investidura de Rajoy se celebraría en un pleno que arrancaba el 30 de agosto, por lo que la primera votación se producía al día siguiente, el 31. Como fue una investidura fallida, ese fue el momento que fija la Constitución para iniciar el plazo de dos meses en los cuales se debe producir una investidura y, en el caso de no lograrse, convocar elecciones automáticamente. Con ese calendario y según los plazos vigentes en la LOREG la votación de unas terceras elecciones se produciría el día de Navidad, que este año cae en domingo.
En el PP y en círculos cercanos al propio Rajoy se ha reconocido en este tiempo que ese calendario no era producto de una casualidad y que el cálculo de unos comicios en el día de Navidad era un elemento más para presionar al PSOE con el fin de que se abstuviese en una nueva investidura del candidato de la formación conservadora. Esa posibilidad fue duramente criticada por toda la oposición.
A medida que pasaban las semanas y se consolidaba la negativa del PSOE a permitir con sus votos la investidura de Rajoy cuajó un consenso para modificar la legislación electoral con el fin de que los ciudadanos no tuviesen que ir a votar el día de Navidad: terceras elecciones y ese día era un binomio impensable.
La modificación de la posición del PSOE tras la dimisión de Pedro Sánchez, aunque no es oficial, no ha paralizado el deseo generalizado de cambiar los plazos. “Por si acaso”
La modificación de la posición del PSOE tras la dimisión de Pedro Sánchez, aunque no es oficial, no ha paralizado el deseo generalizado de cambiar los plazos. “Por si acaso”, coinciden en señalar varios portavoces parlamentarios. Eso sí, la “iniciativa” se dejó al grupo popular ya que había sido su jefe de filas quien había generado el entuerto navideño.
Se da la circunstancia de que la reforma de la LOREG es una de las referencias para la mayoría de los partidos políticos en los últimos años, especialmente desde las filas de Izquierda Unida por entender que el actual reparto de escaños, tal como está planteado, favorece a las formaciones mayoritarias. Con el nuevo panorama político con la irrupción de Podemos y de Ciudadanos esa reivindicación se ha generalizado.
Sin embargo, la reforma de la LOREG que se va a tramitar –al ser una ley orgánica requiere una mayoría absoluta de la cámara– se limita a modificar el tiempo de la campaña electoral, que pasa de los habituales 15 días a ocho; eso sí, solo para los casos de disolución automática de una legislatura –como fue la anterior – por no alcanzarse la investidura de ningún candidato. Nada más, apenas una disposición adicional al texto actual.
El grupo parlamentario popular justifica esa modificación con el argumento de que una campaña en esas condiciones “es prácticamente una continuación de la anterior” por loo que los candidatos y los partidos no requieren de tanto tiempo para explicarse ante los ciudadanos. Al parecer, este argumento no estuvo en la cabeza de Rajoy cuando decidió el calendario que acababa votando en el día de Navidad si había terceras elecciones.
La otra ley que se va a reformar – Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera – también es para “salvar la cara” al actual Gobierno en funciones. Se propone otra disposición adicional por la que se faculta a un Gobierno en funciones
“con el fin de permitir la revisión de los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública, para adaptarla a las decisiones del Consejo de la Unión Europea”.
La aprobación definitiva de ambas reformas legales se hará el jueves – se emplea el trámite de urgencia por lectura única, es decir no pasa por comisión – pero será este martes cuando se produzca un duro debate protagonizado por la oposición, según varios portavoces consultados por este diario.
A continuación se remitirá al Senado, cámara en la que el PP tiene mayoría absoluta, que lo aprobará también en una sesión única a la semana siguiente. Seguramente cuando en el Congreso se debata la investidura de Rajoy que si no es fallida haría inútil la reforma aprobada. Trabajo en balde.
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