Vox retrasa la investidura en Castilla y León de Alfonso Fernández Mañueco para tratar que su líder, Santiago Abascal, en esa toma de posesión, tenga la primera foto junto al nuevo líder de Génova, Alberto Núñez Feijóo. El gallego no será presidente del PP hasta su proclamación en el Consejo Extraordinario del PP en Sevilla, los días 2 y 3 de abril. 

El todavía presidente gallego se hace el sueco ante los dardos envenenados que envía Abascal desde Castilla y León. Según fuentes populares en Madrid, "este pacto solo nos desgasta, y eso deben de solucionarlo Mañueco y los suyos, que son los que nos han metido en el lío". Reconocen, eso sí, que la imagen de Feijóo con el líder de Vox -que con seguridad tendrá lugar en esta toma de posesión del presidente de Castilla y León en el primer gobierno de coalición de la ultraderecha en España- poco ayudará al mensaje del regreso al centro de su nuevo líder.

Desde el entorno de Feijóo hay orden de que nadie hable de éste ni de ningún otro tema hasta que el nuevo líder, tras el congreso del próximo fin de semana en Sevilla, tenga ya el poder en Génova para nombrar un nuevo equipo.

El mutismo de Feijóo y los suyos es total en torno a lo que ocurre con Vox en Castilla y León. Hasta desde Madrid, la amiga de Mañueco, Isabel Díaz Ayuso, reconoce a Público, a través de su entorno más cercano, que nada sabe de lo que pasa con Vox en la comunidad castellano leonesa.

Vox tensa la cuerda a Mañueco

Pero Vox no deja de tensar la cuerda a Mañueco. Así, pide más y más. Por el momento, ya cuenta con la Presidencia del parlamento, y tiene confirmada la Vicepresidencia, así como las consejerías de Agricultura y Ganadería, Industria y Empleo, además de la de Cultura. Pero ahora la ultraderecha exige la Dirección General de Medios, el poder estratégico con la prensa que el líder del PP mantiene como un tesoro y que tan buenos resultados le ha dado.

Mientras desde los escaños castellano leoneses del PP en el Parlamento se ve con "preocupación" este gobierno de coalición con Vox, el líder del PSOE en la Comunidad, Luis Tudanca, confirma a Público que "la ultraderecha ya tiene a Mañueco al son de su música, pero el mensaje real es para Génova y para tratar de condicionar a Feijóo en un momento de debilidad del PP".

Desde Vox, además, se reconoce ya públicamente a quien lo quiere oír que la ultraderecha no confía en Mañueco y recuerdan "la jugarreta que le hizo a Ciudadanos e Igea". ​Mientras, desde el PP, se acusa a los de Abascal que retrasar la investidura porque no encuentran gente de talla para ocupar los cargos en las consejerías. Algo que Vox ha desmentido tajantemente.

De hecho, para rizar más el rizo y ganar tiempo, Vox exige ahora a Mañueco, además de la Dirección General de Comunicación, la firma de un segundo acuerdo donde se concreten mucho más temas como los de igualdad, migración y educación.