Solicitudes de asilo sin tramitar, policías sin número de identificación visible, "frío intenso" en habitaciones y sala de estar, escasez de comida y hasta una rata muerta en las zonas comunes. Esas son las condiciones en las que viven las personas migrantes encerradas en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche (Madrid). Así las ha denunciado el magistrado del Juzgado de Instrucción nº 6 en funciones de Control de este centro, Ramiro García de Dios, en una serie de autos y providencias tras visitar las instalaciones los pasados días 27 de diciembre y 13 de enero después de numerosas quejas de los internos.

Las conclusiones han sido recopiladas por las organizaciones Pueblos Unidos, SOS Racismo, Coordinadora de Barrios y Karibu, que visitan y asisten a los internos de este CIE. Todas insisten en un comunicado en que "llueve sobre mojado" porque no es la primera vez que los magistrados instan a la Dirección del CIE a que cumpla las resoluciones judiciales sobre "cuestiones tan importantes como la tramitación de las solicitudes de asilo, la correcta identificación de los agentes de policía o las deficientes condiciones de climatización y alimentación del Centro".

García de Dios ha requerido al director del CIE, una vez más, que dé "cumplimiento estricto" a lo acordado en la resolución del 3 de octubre 2016, por la que se ordenaba la organización de un sistema de registro de las solicitudes en horario de 9.00 a 14.00 horas todos los días hábiles en un lugar concreto del CIE, con personal suficiente para que las personas internas puedan entregar en mano su solicitud de asilo y recibir, en ese momento, copia sellada de los documentos que presenten. A día de hoy, la única forma para pedir asilo consiste en depositar la solicitud en un buzón que sólo se abre una vez al día, sin recibir copia sellada de la misma en ese momento.

Las organizaciones citada recuerdan que en el CIE hay "personas que necesitan protección internacional, pero las barreras existentes para ejercer dicho derecho imposibilitan, por la vía de los hechos, el ejercicio del mismo, incumpliendo de este modo la legislación internacional y generando situaciones de mucha vulnerabilidad", algo que llevan años denunciando sin que se solucione. Consideran que este mecanismo "resulta poco riguroso para el ejercicio de un derecho tan serio e importante como el de la Protección Internacional".

El juez de control también destaca en su auto del 8 de enero que se está incumpliendo el artículo 49.3 del Reglamento de Funcionamiento y Régimen Interior de los CIE, referente a la obligatoriedad de los agentes de Policía que custodian el centro de portar una placa en lugar visible con su número de identificación profesional. "No es una cuestión menor, puesto que la falta de identificación permite la impunidad denunciada en diversas ocasiones por personas internadas, cuando los Agentes de Policía se extralimitan verbalmente o utilizando la fuerza ilegítima contra las personas internadas, lo que se traduce en la imposibilidad, que parece buscada, de identificar a los Agentes que se extralimitan verbal o físicamente con las personas internadas”, advierte García de Dios.

Al mismo tiempo, el juez de control destaca las carencias del centro que afectan a la dignidad de las personas desde el punto de vista de los derechos básicos. En concreto, el magistrado pudo comprobar en un visita que, tanto en los dormitorios como en la sala de estar, el “frío reinante era intenso”. Además, el juez comprobó y probó la comida servida a los internos, observando que “tanto el primer como el segundo plato se caracterizaban por su escasez de contenido”.

"Todo ello corrobora las reiteradas quejas de las personas internas a lo largo de los años en lo que respecta a las deficiencias en el sistema de calefacción, la escasez de ropa de abrigo y la insuficiencia y mala calidad de la alimentación", denuncian las organizaciones en su comunicado.

Por último, durante la visita del día 13 de enero 2018, las personas internadas en el CIE mostraron al juez una rata de grandes dimensiones muerta, situada en el techo de rejilla de la sala de ocio. "De ningún modo podemos considerar este hecho como una simple anécdota. La vertiginosa capacidad reproductiva de estos roedores puede provocar problemas serios para la salud, y demuestra que algo falla en el servicio de desratización y desinsectación del Centro", lamentan las organizaciones, que recuerdan las plagas de chinches reiteradas que han conllevado el cierre temporal del CIE de Zapadores en Valencia.

"Todo esto pone de manifiesto que la problemática de los CIE no sólo son sus instalaciones ni la ausencia de una regulación más extensa que evite prácticas arbitrarias, sino su amparo por la existencia de una Ley de Extranjería profundamente inhumana que objetiviza a las personas migrantes y las reduce a números de personas que sufren la criminalización, encierro y expulsión", afirman. Piden mantener una "presencia constante" en este CIE para poder denunciar "que la legalidad vigente se incumple de forma reiterada en los CIE".