"Marlaska, canalla, salta tú la valla". Ha sido consigna más repetida por los integrantes de la Caravana Abriendo Fronteras, que este sábado ha convocado una manifestación por Melilla para recordar el fatídico intento de salto del año pasado. Una travesía que ha cruzado toda la ciudad autónoma hasta llegar al paso fronterizo de Barrio Chino, epicentro de la tragedia, en la tarde de este sábado.

Hoy se ha cumplido un año de la masacre de Melilla en la que murieron, al menos, 23 personas según las fuentes oficiales marroquíes, un centenar contando a los desaparecidos, según Amnistía Internacional.

Más de 300 entidades y asociaciones han mandado un mensaje de justicia, verdad y reparación adhiriéndose al manifiesto tras un año sin respuestas, sin que se hayan depurado responsabilidades judiciales o políticas.

Sin identificar a los muertos

Un año después, los manifestantes denuncian que no se conoce la identidad de los fallecidos, no se han identificado los cadáveres ni dejado a sus familias que los reconozcan. "Una de las mayores violaciones de derechos humanos y fundamentales que se han dado en la frontera sur", apunta Loueila Mint el Mamy, portavoz de la organización y abogada saharaui.

Un salto a la valla que acabó con 470 devoluciones en caliente, según el Defensor del Pueblo, quien puso en duda la manera de proceder de España.

"Gran parte del grupo que allí se encontraba intentando cruzar la frontera provenía de Sudán. No pudieron ejecutar su derecho a solicitar protección internacional. Muchos fueron devueltos de forma ilegal", destaca otro portavoz de la organización, Javier Raboso, quien además ha pedido el cese del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, y que no se vuelva a presentar en las próximas elecciones por respeto. "Pedimos que se depuren responsabilidades y que se inicien las investigaciones necesarias", ha detallado.

La manifestación, bajo el lema "Justicia Masacre Melilla 24J, un año sin justicia, un año de impunidad", ha recorrido el paseo marítimo de Melilla bajo un sol de justicia y la curiosa mirada de cientos de melillenses que han pasado la tarde de sábado en la playa.

"Mientras tú te bañas, otros mueren en el agua", coreban los manifestantes, con la intención de lograr una mirada de complicidad de la población. La realidad es que la inmensa mayoría de los manifestantes son foráneos y los de Melilla se podían contar con los dedos de la mano.

En mitad del paseo marítimo, destaca una embarcación de pesca que días atrás había sido usada por migrantes para acceder a Melilla. Todavía sigue varada en la orilla de la playa. Nadie repara en ella, sigue ahí como si perteneciera a una realidad paralela. Alguien ha escrito en ella: "Ningún ser humano es ilegal".

No fue un accidente

Los manifestantes consideran que lo que ocurrió el 24 de junio de 2022 no fue un accidente, sino fruto de la violencia racista de las políticas migratorias de la Unión Europea que acaban cristalizando en la Frontera Sur. "Siempre vemos a las víctimas, pero nunca a los verdugos", insiste Sani Ladan, también portavoz de la organización, que ha exigido la apertura de una nueva investigación "libre, transparente y exhaustiva", alejada de la que inició y archivó la Fiscalía General del Estado.

La ruta escogida por la caravana para manifestarse ha tenido que pelearla. La Delegación del Gobierno de Melilla no autorizó el itinerario elegido bajo el pretexto de la perturbación del tráfico rodado. Sin embargo, el sindicato CGT, como parte de la Caravana Abriendo Fronteras, formuló junto al resto de convocantes recurso contencioso administrativo por vulneración del derecho de manifestación y reunión logrando que fuera estimado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla.

"La perturbación del tráfico rodado no es por sí misma una justificación que permita la restricción de la celebración de una manifestación en el espacio público, si no se justifica un riesgo de colapso circulatorio con grave afectación de la vida cotidiana de los ciudadanos o a la prestación de servicios esenciales", entendía el tribunal.

Llegada a Barrio Chino

Además, la resolución ha condenado en costas a la Administración, por lo que finalmente la manifestación ha discurrido por las calles de Melilla y no por zonas despobladas como pretendía la Delegación del Gobierno.

El grupo, tras dos horas recorriendo las calles de Melilla, llega a su destino: el paso fronterizo de Barrio Chino. Atrás quedan las consignas y los cánticos más duros para dar paso al momento de reflexión y homenaje a las víctimas.

Tras la lectura del manifiesto, nombraron a todas y cada una de las víctimas conocidas que perdieron la vida justo allí. Por cada nombre, una rosa, que permanecen en recuerdo a ellas justo a la entrada del paso fronterizo.