"Europa está siendo testigo de la brutal violencia a la que están expuestas las niñas y mujeres en el conflicto en Ucrania". Así ha afirmado este jueves Concha López, directora general de la ONG Plan International. En los casi dos meses en los que Ucrania se ha convertido en un campo de batalla, los testimonios de mujeres que han sido usadas como armas de guerra en el conflicto con Rusia son ya incontables. Violaciones grupales o redes de trata son algunos de los peligros a los que se enfrentan mujeres, adolescentes y niñas, como ucranianas y como refugiadas.

La violencia de género en los conflictos y las guerras ha sido el tema central de las jornadas Girls in Crisis: El impacto de las crisis humanitarias en niñas y adolescentes celebradas este jueves en el CaixaForum de Madrid. La ONG Plan Internacional ha reunido en este evento a diversas expertas para analizar la cuestión y para debatir acerca de la futura reforma de la Ley de Cooperación que, según ha afirmado Pilar Cancela Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional, incorporará "la perspectiva de género de forma plena y efectiva".

La violencia sexual en conflictos, una historia que "se repite"

López ha sentenciado en sus aportaciones que "el abuso, la explotación y la violencia sexual contra las niñas y adolescentes se repiten en todas y cada una de las emergencias humanitarias". La directora ha remarcado que, en las respuestas ante un conflicto, "el enfoque de género y edad debe ser prioritario". Ha solicitado también que "se garanticen los apoyos y las ayudas a medio y largo plazo para la infancia y las familias que han llegado desde Ucrania. Su futuro sigue siendo incierto y las administraciones públicas deben facilitarles medios de vida sostenibles".

De los 5 millones de personas refugiadas por la guerra de Ucrania, entre el 30 y el 40% son niñas y niños menores de 14 años, muchos no acompañados o separados de sus cuidadores. En total, más del 80% de las personas refugiadas son mujeres, adolescentes, niñas y niños, según los datos de Naciones Unidas.

Uno de estos casos es el de Marianna Pinkovska, una madre ucraniana refugiada en Madrid, quien ha narrado la experiencia de dejar atrás un hogar en guerra para comenzar una nueva vida: "A los pocos días de estallar la guerra me marché de Ucrania junto a mi hija; tomé esta decisión porque no quería que ella viviese con el recuerdo de los bombardeos. Ahora ella puede ir al colegio en España y vivimos en una casa en Madrid, pero yo quiero tener la oportunidad de trabajar".

Las mujeres y niñas de Afganistán son las víctimas de otro gran conflicto reciente que se ha tratado en las jornadas. Tras la pérdida de derechos humanos que ha supuesto la vuelta del régimen talibán, y el riesgo actual que supone vivir en el país como mujer, Pilar Cancela ha defendido el deber de la comunidad humanitaria de exigir "el restablecimiento de sus derechos básicos de movimiento, de acceso al trabajo asalariado y a todos los niveles educativos".

Una Ley de Cooperación con perspectiva de género

"No atender las necesidades de las mujeres y niñas significaría que no estamos cumpliendo el mandato humanitario. Conscientes de ello, en la nueva Ley de Cooperación, incluiremos de forma sistemática referencias a la situación de mujeres y niñas, a sus necesidades específicas y a estrategias concretas para abordarlas", ha afirmado la secretaria de Estado.

El anteproyecto de ley, que el Consejo de Ministros aprobó el mes de enero de este año, permitirá blindar la ayuda internacional que España presta a otros países y pretende reforzar el papel de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID). 

López ha comentado que "la futura Ley de Cooperación supone una oportunidad única de generar un marco legal que sitúe a España a la vanguardia de la cooperación y la ayuda humanitaria". Ha recalcado la importancia de que, en el texto, "el género y la infancia sean objetivos específicos de la acción humanitaria y la política de cooperación".