Esquerra Republicana de Catalunya ganó las dos últimas elecciones generales en Catalunya con Gabriel Rufián al frente, candidato que ahora repite como cabeza de lista haciendo tándem con la exconsellera Teresa Jordà. Tanto las celebradas el 28 de abril de 2019 como la repetición posterior en noviembre tras el bloqueo a la investidura de Pedro Sánchez.

Una repetición que a los republicanos les desgastó y pasaron de los 15 diputados de la primera convocatoria a los 13 de la segunda, acortando la distancia con el PSC que consiguió 12 diputados en ambas ocasiones. Pero, con todo, Esquerra se convertía en el principal grupo parlamentario catalán en el Congreso por primera vez desde la República, y en un contexto de gran fragmentación se convertía en un actor decisivo de la última legislatura después de firmar el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez con la mesa de diálogo como elemento nuclear.

Esquerra alargaba de esta forma la travesía en el desierto socialista iniciada en 2008, último año de una victoria del PSC tras ganar de forma ininterrumpida en Catalunya todas las elecciones generales celebradas hasta entonces desde 1977. 2008 fue una victoria histórica con los 25 diputados logrados por la fallecida Carme Chacón. Pero fue también la puerta a la caída en los infiernos electorales del socialismo catalán que se vería derrotado elección tras elección desde entonces.

Y ni la victoria de Pedro Sánchez del 2019, ni los peores resultados a nivel estatal de la historia del PP permitieron a los socialistas catalanes recuperar la primacía de las generales basada en una dinámica del voto dual en la que durante décadas en Catalunya la mayoría votaba a CiU en las elecciones al Parlament y al PSC para el Congreso de los Diputados.

Quince años después, la coyuntura electoral podría devolver al PSC al primer puesto del podio en Catalunya en las elecciones generales del 23J. La demoscopia sitúa a los socialistas claramente en el primer puesto. Paradójicamente, cuando el PSOE y Pedro Sánchez pasan por su peor momento y podrían sufrir una considerable derrota electoral, habrá que ver en qué dimensión.

Mientras, Esquerra llega a estas elecciones generales con el lastre de la proximidad a la derrota electoral que supuso la pérdida de 300.000 votos en las recientes elecciones municipales, un tercio de su cuerpo electoral.

Estrategia ofensiva, "hay partido"

Pero, pese al evidente revés electoral, Esquerra ha planteado esta campaña a la ofensiva. Con dos objetivos básicos: no dar por perdido el partido frente a los socialistas por el primer puesto y mantener el liderazgo del espacio independentista que un retroceso demasiado fuerte podría dejar en manos de Junts. Al margen de tener la suficiente fuerza para volver a ser decisivos en caso de que el PP y Vox no sumen lo suficiente.

Fuentes de la dirección de Esquerra admiten la dificultad de recortar la distancia que la demoscopia les otorga frente a un PSC crecido que algunas encuestas como la del Centro de Estudios de Opinión (CEO) -el CIS catalán- sitúan en torno a la horquilla de 16-18 diputados para los socialistas. Mientras, ERC retrocede y se sitúa en segundo lugar -con entre ocho y 10 escaños-. Junts quedaría relegada según el CEO a la tercera posición –con una horquilla de entre siete y nueve diputados.

Aunque en caso de victoria del PSC, en la segunda, tercera y cuarta plaza se prevé una dura pugna ya que además de ERC y Junts es posible un fuerte crecimiento en Catalunya del PP que triplicaría o cuadriplicaría resultados y pasaría de los dos a entre seis y ocho escaños, y por tanto podría llegar a ser la segunda fuerza.

En ERC consideran consolidado el segundo puesto -aunque alguna encuesta da a Junts por encima de los republicanos- y prevén acelerar en la recta final de la campaña para recortar diferencias con el PSC e incluso intentar conseguir el sorpasso.

Pero admiten que caer por debajo de la segunda posición sería "una muy mala noticia", tanto en clave de país si es el PP es quien queda por delante de los republicanos, como en clave soberanista si es Junts quien pasa por delante, porque supondría debilitar de forma contundente el liderazgo de los republicanos entre los partidos independentistas. Sin embargo, las fuentes de Esquerra consultadas se muestran optimistas y aseguran que "ninguno de estos escenarios se dará".

Pese a las dificultades con las que Esquerra ha tenido que afrontar estas elecciones, las mismas fuentes de la dirección del partido, vinculadas a la dirección de campaña, aseguran que "hay partido". "Estamos viendo cómo recuperamos terreno a los socialistas, hay campo por correr", afirman.

Desde ERC admiten que existe una gran diferencia entre la actual campaña por las generales y las municipales en Barcelona, donde ERC cayó estrepitosamente en todas las proyecciones de voto y no tuvo opciones de remontar, acorralada por la polarización que consiguieron generar Ada Colau y Xavier Trias, y con el socialista Jaume Collboni ocupando el espacio de una tercera posición -aunque finalmente quedó segundo y ha conseguido la alcaldía.

Esta vez, los republicanos ven recorrido por la mejora de resultados respecto a las primeras proyecciones que en algunas encuestas se habían llegado a situar en seis diputados en la franja más baja de las horquillas y ahora ya los situarían en 10 en la parte alta de las mismas.

La pugna en función de los territorios

Esquerra fue la primera fuerza en noviembre de 2019 en Tarragona, Girona y Lleida, logrando dos diputados en cada circunscripción. Buena parte del resultado de los republicanos el 23J dependerá de la capacidad de retener estos dos escaños en las tres circunscripciones catalanas pequeñas. En Tarragona será con una encarnizada disputa con el PSC, en Girona con Junts y en Lleida incluso el PP puede entrar en la pugna.

El otro escenario es el de la gran circunscripción de Barcelona, donde en el 2019 ganó el PSC pero codo con codo con Esquerra, con 8 y 7 diputados respectivamente. Cómo aguanten los republicanos frente a los socialistas en la demarcación barcelonesa marcará también de forma exponencial el resultado final de los republicanos en la noche del 23J.

Esquerra disputará su principal pulso en la lucha por el voto útil para frenar el ascenso de la derecha extrema y la ultra derecha y evitar un Gobierno formado por PP y Vox. Una disputa especialmente centrada en el PSC, aunque también con En Comú Podem. Para los republicanos, "PP y Vox amenazan con volver a atacar a Catalunya" y argumentan que los socialistas no son un dique de contención suficiente. En primer lugar, los republicanos siembran la duda sobre la posibilidad de que el PSOE no acabe facilitando una posible investidura de Feijóo en solitario.

En segundo lugar desde ERC aseguran, en clara alusión a los socialistas, que "algunos dirán que estas elecciones sólo van de derecha y de izquierda, pero cuando la derecha y la extrema derecha española venga a por nuestra lengua, la cultura, los derechos y las libertades, como hemos visto estos días en el País Valencià y en las Illes Balears, algunos que se autoproclaman de izquierdas se pondrán de perfil". Pero también añaden que "otros dirán que estas elecciones sólo van de Catalunya y España, pero cuando la derecha y la extrema derecha española venga a por los más vulnerables, la vivienda, el salario mínimo y los servicios públicos, algunos que afirman ser defensores de Catalunya se pondrán de perfil".

Y respecto a En Comú Podem, Esquerra critica la "total sucursalización" que a su juicio ha supuesto para este espacio político la creación de Sumar. Ponen como principal ejemplo el protagonismo de la cabeza de lista por Madrid, Yolanda Díaz, en la campaña de los comuns y la desaparición del referéndum de autodeterminación acordado de su programa electoral. Con lo cual, Esquerra se proclama el "auténtico baluarte a la hora de cerrar el paso a la extrema derecha".

"Defensa Catalunya!", movilizar el voto independentista

El otro reto que tiene planteado Esquerra Republicana en esta campaña es romper la dinámica abstencionista en una parte de las bases independentistas. Por eso, el lema de la campaña es un llamamiento directo a la movilización: "Defensa Catalunya!".

Asimismo, en los carteles se ven las palabras "Democràcia, Llibertat, Feminisme, Llengua, Independència" colocadas en perspectiva, como si fueran entrando en una urna de votación, "simbolizando la importancia del acto de votar, votar por defender lo que queremos preservar", explican los responsables de la campaña.

En esta línea, el partido de Oriol Junqueras, ha desarrollado una campaña reivindicativa de "lo que hemos hecho en los últimos cuatro años en Madrid". Destacando "lograr la libertad de los presos y presas políticas y sentar al Estado español a negociar sobre la autodeterminación". Pero también haber sido claves en avances sociales como "la nueva ley de vivienda o el incremento del salario mínimo, entre otras muchas cosas" Y en este sentido, los republicanos critican a Junts y la CUP por haberlos dejado solos en las negociaciones y rechazan "la estrategia del no a todo".

Las principales propuestas programáticas

Y en este marco, sus propuestas programáticas se pueden resumir en "defender el derecho de la ciudadanía de Catalunya a ejercer el derecho a la autodeterminación, negociando la celebración de un referéndum para la consecución de una República Catalana de derechos y libertades". Y lograr la "amnistía para combatir la estrategia represiva del Estado y defender y garantizar todos los derechos civiles y políticos", en lo que se refiere al conflicto político. Y en términos de país, ERC plantea "proteger y fomentar el uso de la lengua catalana, garantizando que toda la ciudadanía pueda desarrollar plenamente su vida en catalán en los Països Catalans".

Respecto a otros ámbitos, en infraestructuras los republicanos quieren "garantizar que Catalunya cuenta con las infraestructuras que necesita y merece. Es imprescindible el traspaso completo del servicio de Rodalies (Cercanías) y de Media Distancia". "Hacer frente a la emergencia climática, haciendo frente a los oligopolios energéticos depredadores de recursos públicos. Combatir y revertir el déficit fiscal y asegurar que quienes más tienen contribuyan más al bien común: luchar contra el fraude fiscal y la evasión de capitales, crear impuestos sobre las grandes fortunas, las transacciones financieras o las emisiones de CO2", son otros aspectos de programa.

Y finalmente, en políticas sociales plantean "defender los avances del movimiento feminista y LGTBI+ y conquistar nuevos derechos frente a la reacción de la ultraderecha y las resistencias del PSOE. Y recuperar y avanzar en derechos sociales, en los ámbitos de la vivienda, laborales y para combatir las desigualdades".

Con todos estos ingredientes y estrategias, Esquerra Republicana ha puesto toda la carne en la parrilla de una campaña electoral del 23J que llega "en un momento crucial de nuestra historia", aseguran los dirigentes del partido. Con Gabriel Rufián y Teresa Jordà al frente pero con toda la cúpula del partido volcada para tratar de frenar el bajón que ERC sufrió en las municipales. Desde el president de la Generalitat, Pere Aragonès, hasta el presidente del partido, Oriol Junqueras y otros muchos dirigentes, incluida la secretaria general, Marta Rovira, de forma telemática desde Ginebra.

"Nos lo jugamos todo" aseguran los republicanos respecto a la amenaza de los derechos y libertades que puede suponer un determinado resultado del 23J. Y quizás Esquerra no se lo juega todo, pero resulta evidente que se juega mucho en cuestión de una semana. Porque un segundo batacazo electoral consecutivo podría hacer tambalear incluso al Govern de la Generalitat y provocar unas elecciones al Parlament avanzadas, aunque el president Aragonés asegura, por activa y por pasiva, que agotará la legislatura al margen de los resultados electorales.