El debate sobre la supresión de las patentes de las vacunas y otros medicamentos para luchar contra la covid-19 continúa en la Organización Mundial del Comercio (OMC). India y Sudáfrica presentaron una propuesta al Consejo del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) el pasado mes de octubre pero, tras el bloqueo de los países ricos, se ha realizado una revisión del texto que concreta varios aspectos que entonces se dejaron abiertos y que cuenta con 62 países como copatrocinadores. El documento se debatirá el 31 de mayo en la próxima reunión del Consejo de los ADPIC.

Los países impulsores defienden que la supresión de las patentes afecte a todos los productos y a todas las tecnologías sanitarias que sirvan para luchar contra la covid-19 durante un plazo de tres años a partir de la fecha en la que se apruebe, permitiendo que este tiempo sea revisable. Según alegan los autores del texto, este es el tiempo necesario para acabar con la pandemia a nivel global ya que hay investigaciones en marcha para encontrar medicamentos y aún hay muchas "incógnitas" sobre las vacunas, la duración de la inmunidad, la eficacia contra nuevas variantes y el efecto en los niños. 

El objetivo de presentar esta revisión es llegar a un acuerdo en la OMC ya que las decisiones en este organismo se toman por consenso. Los países pobres, que son los que han defendido esta propuesta a lo largo de la pandemia, cuentan ahora con el apoyo de Estados Unidos (EEUU) pero otras potencias como la Unión Europea (UE) se siguen oponiendo. Se quiere avanzar hacia el acuerdo antes de las reuniones del Consejo General de la OMC el próximo 8 y 9 de junio, aunque hay posibilidades de que el debate se alargue aún más tiempo. En España, el Senado tendrá que pronunciarse este miércoles sobre el asunto a raíz de una moción presentada por EH Bildu.

Según el texto, al que ha tenido acceso Público, las nuevas variantes del virus de la covid-19 motivan aún más la necesidad de conseguir aumentar la producción de las vacunas a través de la supresión de las patentes. Todas las organizaciones mundiales y sanitarias están especialmente preocupadas por la variante de la India, que ha sumido al país en la mayor crisis sanitaria desde que comenzó la pandemia.

En concreto, al supresión de las patentes afectaría a los productos que sirven para el diagnóstico y a las vacunas, pero también a los terapéuticos, los dispositivos médicos, equipos de protección personal, materiales o componentes y sus métodos y medios de fabricación para la prevención, tratamiento o contención. Además, se pide que se supriman las patentes durante tres años pero que se celebren reuniones anuales para evaluar la medida y revisar el plazo de tiempo fijado.

"La necesidad de diversificar y aumentar la producción es urgente. La pandemia mundial requiere una respuesta basada en la unidad, solidaridad y cooperación multilateral. Existen circunstancias excepcionales que justifican las renuncias a las obligaciones del Acuerdo de los ADPIC", defienden los representantes, entre los que están los impulsores de octubre, India y Sudáfrica, así como otros como Egipto, Bolivia, Pakistán o Indonesia. En total son más de 100 países los que la apoyan, entre los que se encuentran también China y Rusia.

Organizaciones y sindicatos de todo el mundo se han posicionado a favor de la supresión de las patentes. Leena Menghaney, responsable de la Campaña de Acceso de Médicos Sin Fronteras en el sur de Asia, ha celebrado que los Gobiernos patrocinen esta nueva propuesta y "reafirmen" así su compromiso con esta medida: "Con un aumento aterrador de las infecciones y las muertes en los países en desarrollo, y con tratamientos potencialmente prometedores en preparación, es crucial que los países tengan toda la flexibilidad a su disposición para hacer frente a esta pandemia". Porque, aunque los países ricos ven ya el principio del fin de la pandemia, los más pobres están muy lejos de este punto.

La supresión de las patentes no conseguiría que todo el mundo estuviera vacunado a lo largo de este año pero, según los defensores de la propuesta, acabaría con la primera barrera para conseguir aumentar la producción de vacunas: el monopolio de las farmacéuticas.