Mazón, acechado por los fantasmas de un pasado sospechoso de corrupción en Alacant
La trayectoria política de Mazón en la Diputación de Alacant, a la sombra de Zaplana, está jalonada por varios episodios sospechosos que, en plena crisis por la gestión de la DANA, vuelven a surgir a la luz.
![El president de la Generalitat, Carlos Mazón, durante el evento Alicante Gastronómica, en julio de 2024. El president de la Generalitat, Carlos Mazón, durante el evento Alicante Gastronómica, en julio de 2024.](https://imagenes.publico.es/files/image_horizontal_mobile/uploads/2025/02/04/67a1f96b53dd9.jpeg)
Ricard Chulià Peris
València--Actualizado a
Si hay alguien que piense que Carlos Mazón pasa actualmente por los momentos más duros de su carrera política, es por desconocimiento. Por desconocimiento de la misma carrera y de los valores que la jalonan.
Ese momento, sin duda, se dio en 2007, cuando Mazón se tuvo que presentar en las listas del PP en Catral, un municipio de la Vega Baja del Segura, con el que no tenía –ni tiene– más relación que la de ofrecerle el acta de concejal que necesitaba para poder ser elegido diputado provincial en la Diputación de Alacant.
En aquel momento, Mazón era un damnificado de la lucha fratricida entre campistas y zaplanistas en el PP valenciano, que había llegado incluso a las manos, y no metafóricamente. En el gobierno de la Generalitat, Mazón venía de ser el responsable de la Inspección Técnica de Vehículos, un servicio cuya privatización por los gobiernos del PP se investigó –y se condenó– dentro del caso Erial, que supuso una pena de prisión para Zaplana.
En la agrupación local de Alacant, Mazón era entonces un apestado, aún más de lo que lo es ahora: su enemistad con el alcalde Luis Barcala es pública y notoria.
No fue fácil, tampoco, el camino de Mazón hacia Catral y hacia su refugio, por lo tanto, en la Vicepresidencia de la Diputación de Alacant, plaza fuerte del zaplanismo, entonces presidida por José Joaquín Ripoll, detenido por la policía en el marco del caso Brugal.
Allá por donde ha pasado Carlos Mazón, ha pasado también la corrupción, aunque nuestro protagonista, por ahora, ha visto pasar de largo la justicia. Fue imputado como patrón de la Fundación Hércules, ligada al Hércules Club de Futbol, el principal club de Alacant, dentro del marco del caso Brugal, pero salió airoso.
Allá por donde ha pasado Carlos Mazón ha pasado también la corrupción, pero nunca la justicia
Ahora bien, tantos tiros al poste no pasan desapercibidos. Una trayectoria como la de Carlos Mazón, durante su etapa alicantina, por lo menos, es inevitable que deje cadáveres en el armario que se resisten a desaparecer. Y algunos de ellos han reclamado atención estos días.
Fiscalía Anticorrupción, a denuncia del grupo de Compromís en la Diputación de Alacant, ha abierto diligencias para investigar las adjudicaciones de la institución por una suma de más de dos millones de euros en un contrato de publicidad institucional con una UTE en la que se encuentra Miguel Quintanilla, empresario amigo de Mazón.
Junto con Santiago Lumbreras, alto cargo en Presidencia de la Generalitat, parece ser que mantienen un grupo gastronómico, a pesar de que no se suelen encontrar en El Ventorro, sino en un local de Mutxamel (l’Alacantí), más cerca de la residencia habitual de Mazón en la Platja de Sant Joan. Quintanilla también ha obtenido el contrato a dedo para la campaña de publicidad institucional de la Generalitat sobre la respuesta a la DANA.
Por otro lado, la oposición denuncia que los contratos de emergencia por la DANA están sirviendo para rescatar para la adjudicación pública a empresas relacionadas con la Gürtel y otros casos de corrupción del PP valenciano.
Pero no son los únicos que pueden resucitar en cualquier momento, ya que reflejan un modus operandi común de Mazón durante su etapa alicantina. Parece que Mazón tiene una debilidad especial por los ágapes. En abril de 2009, fue el encargado, como dirigente del PP provincial, de organizar una cena para unos 2.500 afiliados y simpatizantes del partido en la Institución Ferial Alicantina (IFA), una factura de unos 8.359 euros que el partido no pagó hasta que se lo requirió la justicia más de una década más tarde. Uno de los “simpa” más masivos de la historia.
El PP de Alacant no pagó una cena de 8.359 euros hasta que se lo requirió la justicia, más de diez años después
De la misma forma, el grupo del PP en la Diputación de Alacant solía transferir la subvención que recibía de la institución para su funcionamiento en una cuenta corriente de Murcia.
Sin aportar facturas acreditativas del gasto y sin fiscalización por parte de la institución, obviamente. Se trata de al menos tres transferencias que sumaron al rededor de medio millón de euros en la legislatura 2015-2019. Esta práctica no cesó hasta que no saltó el escándalo público.
Uno de los pocos ceses que se han producido por la mala gestión de la catástrofe de la DANA fue el de Nuria Montes, hasta entonces consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo. De todos estos sectores, hay quien dice que solamente el último contaba, ya que a Montes apenas se le conoce actividad fuera de su vinculación a HOSBEC, patronal hotelera de Benidorm y comarca, a la cual se ha conocido ahora que ha vuelto.
Ahora bien, durante la pandemia, la diputación de Alacant, dirigida por Mazón, adjudicó una subvención a HOSBEC, dentro de la cual se pagaba el sueldo de Montes como directiva, unos 37.864 euros. Una época dura para Montes, a juzgar por los mensajes que dejaba habitualmente en sus redes sociales.
Carlos Mazón es el alumno más aventajado de Eduardo Zaplana, a quien, al final, se lo debe todo en política. De hecho, más allá de haber intentado representar a España en Eurovisión con un grupo de pop melódico, Marengo, a Mazón apenas se le conoce actividad fuera de la política. Mazón reapareció como presidente de la Diputación de Alacant en 2019, después de haber estado una década como dirigente de la Cámara de Comercio de Alacant, un cargo bajo la obvia influencia de Zaplana. Y con un sueldo anticrisis: 9.000 euros al mes.
La DANA que azotó a la Vega Baja del Segura, en septiembre de aquel año, fue el bautizo de fuego de Mazón en su retorno. Entonces no tenía ninguna duda de que la coordinación de emergencias le correspondía a la Generalitat, y sus duros alegatos contra la gestión del entonces gobierno progresista se le han vuelto en contra cinco años después.
En aquel momento, el CECOPI se constituyó dos días antes del temporal, mientras que, como es sabido, en la DANA de octubre pasado, no lo hizo hasta que ya era demasiado tarde.
En definitiva, más allá de las sospechas habituales, que parecen ser inevitables, con un carnet de afiliación al PP bajo el brazo y con alguien como Eduardo Zaplana como padrino, Carlos Mazón tampoco se puede agarrar a un currículum excelente de gestión durante sus años en la Diputación de Alacant.
Como muestra, un botón: las ayudas de la Diputación de Alacant a los afectados por la DANA de la Vega Baja de 2019, a pesar de que Mazón fue rapidísimo a la hora de prometerlas, no llegaron hasta casi dos años más tarde.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.